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Roma (Sábado, 24-08-2019, Gaudium Press) El Coordinador en Europa de los Católicos de Eritrea, P. Mussie Zerai, propuso una solución que podría contribuir a resolver la crisis de las relaciones entre el gobierno de ese país africano y la Iglesia Católica: el nombramiento de un nuevo Nuncio Apostólico. La desconfianza y la falta de comprensión de las diferentes dimensiones de la libertad religiosa resultó en la expropiación de las instituciones de salud de la Iglesia Católica en un intento por limitar la vida de la Iglesia al culto en los templos (ver noticia anterior).
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| P. Mussie Zerai, Coordinador en Europa de los Católicos de Eritrea. Foto: P. Mussie Zerai. |
«Estamos esperando el nombramiento de un nuevo Nuncio, porque el que teníamos fue trasladado a Kenia», comentó el sacerdote en entrevista con ACI. «Este vacío, la ausencia de un Nuncio, no facilita el diálogo con el gobierno. Falta el diplomático que debería sostener la relación entre la Santa Sede y el gobierno eritreo. Una vez tengamos Nuncio, veremos qué puede hacer la Santa Sede. No será fácil con un gobierno de esta naturaleza».
El problema principal del diálogo con las autoridades radica en la ideología del gobierno actual, descrito por el P. Zerai como «comunista y ateísta», que concibe la religión como algo que sólo puede ser tolerado bajo límites estrictos. «El gobierno aprobó en 1995 una ley que impedía a las religiones desempeñar una actividad social, es decir, gestionar escuelas, sanidad, o emprender proyectos de caridad hacia los pobres», explicó. «Pero la Iglesia católica no ha aceptado nunca que se le impida poner en práctica el mandamiento de Jesús de amar al prójimo como a uno mismo».
«La Iglesia, hasta ahora, ha tratado de hacer aquello que es su deber y llevar adelante su misión. Por eso, el pasado mes de junio el régimen decidió cerrar todos los centros sanitarios gestionados por la Iglesia católica: clínicas, hospitales, centros médicos», denunció el sacerdote, quien además alertó sobre el riesgo que corren otras instituciones de servicio, como las del sector educativo. «Son más de 50 entre elementales, medias y superiores, además de alrededor de 100 guarderías que la Iglesia gestiona por todo el país, sobre todo en las zonas más remotas, zonas donde ni siquiera llega la presencia del Estado con sus estructuras».
El sacerdote lamentó la limitación de servicios de gran utilidad para la población local y la vulneración de otros derechos fundamentales como la libertad de prensa, la libertad de movimiento y la libertad de asociación. «La Constitución nunca llegó a entrar en vigor, por lo que incluso falta una ley fundamental que garantice los derechos y deberes de los ciudadanos», concluyó.
Con información de ACI.
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