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Ciudad del Vaticano (Miércoles, 16-10-2019, Gaudium Press) Hoy en la Audiencia General de los miércoles, en la Plaza de San Pedro, el Pontífice comentó el texto de los Hechos de los Apóstoles que narra el bautismo del Centurión Cornelio (Hch 10), hombre «piadoso y temeroso de Dios» (v. 1), aunque pagano.
El Centurión había visto «claramente en visión, hacia la hora nona del día, que el Ángel de Dios entraba en su casa y le decía: ‘Cornelio'» (v. 2). El ángel le anunciaba que sus oraciones habían sido agradables a Dios, y le instaba a que hiciera venir a un hombre llamado Simón, a quien le decían Pedro.
Por su parte San Pedro había tenido un éxtasis, en el que había visto «toda suerte de cuadrúpedos, reptiles de la tierra y aves del cielo» (v. 12) y había escuchado una voz que le decía «Levántate, Pedro, sacrifica y come». Pero Pedro, respondió «De ninguna manera, Señor; jamás he comido nada profano e impuro». A su voz la voz retrucó: «Lo que Dios ha purificado no lo llames tú profano» (v. 15). Era el anuncio de Dios, de que el mensaje de salvación de Jesús estaba también destinado a los paganos.
Fue Pedro pues a la casa del piadoso Centurión y mientras les predicaba «el Espíritu Santo cayó sobre todos los que escuchaban la Palabra. Y los fieles circuncisos que habían venido con Pedro quedaron atónitos al ver que el don del Espíritu Santo había sido derramado también sobre los gentiles, pues les oían hablar en lenguas y glorificar a Dios. Entonces Pedro dijo: ‘¿Acaso puede alguno negar el agua del bautismo a éstos que han recibido el Espíritu Santo como nosotros?’. Y mandó que fueran bautizados en el nombre de Jesúscristo». (vv. 44-48)
«El personaje principal del episodio es el apóstol Pedro -afirmó el Papa, que después de ser testigo de la efusión del Espíritu Santo sobre el colegio apostólico, presencia ahora cómo ese mismo Espíritu se derrama sobre los paganos. Dios, para suscitar en Pedro un cambio de mentalidad, le presenta un lienzo lleno de animales considerados impuros para los judíos, haciéndole entender que todo lo que Dios ha purificado no debe ser ya considerado profano. Es necesario mirar la intención del corazón, porque sólo de dentro, del corazón, nace la impureza. De ese modo, Pedro acepta ir a predicar en casa de Cornelio, un oficial romano temeroso de Dios, y el Señor confirma sus palabras derramando sobre ellos el Espíritu».
El Señor «incita a los apóstoles para que acojan la universalidad de la salvación», expresó Francisco. Por ello, los bautizados «están llamados a salir de sí mismos y abrirse a los demás».
«Cuando la comunidad se escandaliza por la familiaridad del apóstol con los gentiles, Pedro no se amilana, porque es consciente que ser discípulos no es un mérito sino una llamada para ser mediadores, puentes que faciliten el encuentro de Dios con los hombres».
Conmemoración de la elección del Cardenal Wojtyla como Papa
Al saludar a los fieles polacos presentes, Francisco recordó la elección del Cardenal Wojtyla al Papado: «Damos gracias al Señor por todo el bien que se ha hecho en la Iglesia, en el mundo y en los corazones humanos a través de las palabras de Juan Pablo II, sus obras y su santidad», dijo, e invitó a recordar su apelo «a abrir los corazones a Cristo».
Con información de Vatican News
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