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Budapest (Lunes, 28-10-2019, Gaudium Press) En Aljustrel, la población en la que nacieron los tres pastorcitos videntes de Fátima, existe un lugar sagrado conectado directamente a la Iglesia de Hungría. Este lugar fue visitado por una peregrinación nacional de ese país al Santuario de Fátima, presidida por el Obispo de Debrecen-Nyíregyháza, Mons. Ferenc Palánki. El prelado destacó el lugar, llamado comúnmente el Calvario Húngaro, como un lugar donde los húngaros pueden sentirse en casa.
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| Eucaristía campal frente al Calvario Húngaro en Aljustrel, Portugal. Foto: Magyar Kurir. |
El monumento, que representa la Crucifixión del Señor y que aloja una Capilla dedicada a San Esteban, hace parte de un complejo que incluye un Vía Crucis. La delegación húngara se congregó frente a la Capilla y Mons. Palánki presidió una Eucaristía campal. El prelado animó a los fieles a agradecer a Dios por la gracia de tantas personas que oran en ese lugar y por la generosidad de numerosos húngaros que edificaron el monumento y la Capilla con notables sacrificios.
El prelado destacó la figura de la Santísima Virgen, quien encontró en la idea de crear un monumento ligado a las Apariciones de Fátima una forma de crear un hogar para los devotos húngaros en Portugal. «Quiere hacer un hogar para todas las personas, ya que ha hecho un hogar real para su Santo Hijo hace dos mil años, y desde entonces, ha dado un verdadero hogar a todas las personas en su corazón, a todos los que quieren en peregrinación regresar a Dios», expresó el prelado, según informó Magyar Kurir.
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| Los peregrios húngaros durante la tradicional procesión mariana a la luz de las velas en el Santuario de Fátima, Portugal. Foto: Magyar Kurir. |
La historia de ese monumento se remonta a los años 50, cuando el P. Elijah Kardos, quien viajó a España tras huir de la guerra se asentó en Málaga. En una visita a Fátima encontró un terreno descuidado y sintió la inspiración de edificar en él un lugar de culto. Con apoyo del perseguido Cardenal húngaro József Mindszenty, lideró el Comité de Calvario Húngaro de Fátima. En una carta firmada por los ministros de Asuntos Exteriores húngaros se solicitó a los ciudadanos que «»se sacrifiquen con un alma pura, no importa cuán pequeña sea la suma, para que el Altar Votivo y el Calvario para salvar a nuestra nación no sea obra de unos pocos, sino el alma de toda la emigración húngara».
Con los donativos de los húngaros en el exilio en Estados Unidos, Canadá y otros países se comenzó a edificar el monumento en 1954, el cual se concluyó en 1964, año en que fue bendecido por el Obispo de Leiria. En la Eucaristía de la peregrinación nacional que conmemoró este hecho estuvo presente el Embajador de Hungría en Portugal, Miklós Halmai, la representante de la Secretaría de Estado de Política Nacional en la Oficina del Primer Ministro, Judit Pirityiné Szabó y otras personalidades.
Con información de Magyar Kurir
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