domingo, 19 de mayo de 2024
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Arzobispo Mayor de la Iglesia Greco Católica lamenta que el mundo olvide la continuidad de la guerra en Ucrania

Kiev (Sábado, 23-11-2019, Gaudium Press) Mons. Sviatoslav Shevchuk, Arzobispo Mayor de la Iglesia Greco Católica Ucraniana (UGCC), concedió una entrevista al informativo Left Bank sobre la posible participación de la Iglesia en un eventual proceso de paz que ponga fin al conflicto entre Ucrania y Rusia. En sus declaraciones, el prelado lamentó que el mundo olvide la continuidad de la guerra en el territorio y se adopte una postura irreal frente a los conflictos, como si estos pudieran ser terminados artificialmente de un momento a otro. Mons. Shevchuk describió la labor pastoral en atención de la región en conflicto y afirmó que es peligroso proponer la búsqueda de la paz incluso por encima de la verdad y la justicia.

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Mons. Sviatoslav Shevchuk, Arzobispo Mayor de la Iglesia Greco Católica Ucraniana. Foto: UGCC.

«Tenemos cinco parroquias en Crimea y once parroquias en los territorios ocupados. No todos son atendidos regularmente por sacerdotes, pero hay servicios de adoración regulares», informó el Arzobispo sobre la situación de la Iglesia Greco Católica en la zona de guerra, según reportó la agencia RISU. En medio del conflicto, los creyentes padecen grandes sufrimientos: «Están cerca de la desesperación. A veces se sienten atrapados (…) Para estas personas, la mayor señal de atención es estar cerca. Es una señal de esperanza que todavía alguien los recuerde y que sus vidas valen algo».

El Arzobispo relató que la UGCC hace eco de la situación local para suscitar solidaridad en el extranjero. «Desafortunadamente, nuestra guerra ha sido llamada la ‘guerra olvidada en Occidente. Ya nadie quiere hablar de eso. Y muchos cristianos que siempre han sido solidarios con nosotros parecen ignorar que los ucranianos siguen siendo asesinados´», lamentó Mons Shevchuk. En medio de esta situación alertó que el peor peligro es acostumbrarse a la guerra e insensibilizarse ante sus víctimas, por lo que recomendó realizar obras de caridad como visitar el hospital militar para participar del sufrimiento y agradecer a los militares los sacrificios que realizan para mantener la seguridad de los ciudadanos.

El verdadero significado de la paz

«Es muy peligroso cuando, en tales circunstancias, se habla de la necesidad de terminar la guerra a toda costa, descuidando la verdad y la justicia», declaró el Arzobispo Mayor. «Obviamente, para quienes lo dicen, es como un juego de computadora: apagó la guerra y salió a tomar un café. O reinició (el aparato) y comenzó de nuevo. Pero no puedes jugar a la guerra. Se trata de cosas muy profundas y graves, de las que depende nuestro futuro». El prelado expuso que se propone la posibilidad de rendirse y sucumbir ante el agresor para aparentemente mantener la paz. «Este extremo es inaceptable, porque en tal caso la guerra no termina realmente, sino que pasa por una mutación. Si sucumbimos al agresor, entonces permitiremos esta agresión en todos los niveles de la sociedad ucraniana, y esto cuestionará la existencia general del estado ucraniano y de nuestro pueblo. Creo que a ese precio, nadie quiere la paz hoy. Además, una paz tan injusta, un mundo sin verdad».

Mons. Shevchuk aclaró que nadie desea la guerra, a menos de que se trate de una persona con intenciones criminales. «Ningún cristiano puede fomentar la guerra o jactarse de la guerra», indicó. «Pero como cristianos, debemos decir la verdad sobre la paz para que este concepto no se vea afectado». El prelado recordó que la moral cristiana exige corregir las situaciones que causan daño y que la justicia, que es ineludible, debe seguirse del perdón y la sanación. » Y luego podemos decir verdaderamente que hemos ganado la guerra. No sólo se detuvieron combates específicos, sino que se atacaron las causas. Este es un proceso muy complicado y no hay recetas fáciles».

«Vencer el odio, especialmente contra el enemigo, es una victoria sobre la guerra. Cuando empiezo a odiar incluso al que me ataca, el que me mata, entonces seré esclavo de él», expuso el Arzobispo. «La respuesta cristiana nunca es, bajo ninguna circunstancia, permitir el odio en tu corazón. Incluso cuando se tiene el deber de detener al agresor y actuar adecuadamente de acuerdo con los medios utilizados por el mismo agresor».

Con información de RISU.

 

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