Obispo de Phoenix, EEUU, reconoce la humildad y la valentía como principales necesidades de la Iglesia

Phoenix (Viernes, 29-11-2019, Gaudium Press) Mons. Thomas Olmsted, Obispo de Phoenix, Arizona, Estados Unidos, concedió una entrevista con motivo de los 50 años de su Diócesis. En sus declaraciones destacó los apostolados más importantes de jurisdicción, las enseñanzas de su experiencia al frente de la Diócesis y los retos más notorios para el futuro. Como parte de este panorama señaló la necesidad de humildad y valentía en la Iglesia para sobrellevar los años venideros.

Mons. Thomas Olmsted, Obispo de Phoenix, Estados Unidos. Foto: Diócesis de Phoenix.

«Hay una necesidad de humildad, especialmente con lo que hemos tenido que enfrentar en el terrible escándalo», indicó Mons. Olmsted. «Cuando aquellos que están ordenados para servir a otros en realidad se están aprovechando de otros, es un escándalo horrible. Lo que se necesita hoy es un verdadero sentido de humildad, y pedirle perdón a Dios y buscar Su misericordia. El Señor trabaja bien en un corazón humilde. Es tierra fértil para que Él trabaje».

A renglón seguido, el Obispo reconoció la segunda necesidad más importante en su opinión: «Al mismo tiempo, debemos ser valientes. Es especialmente en los momentos en que nos veíamos más débiles o cuando las cosas parecían desesperadas, como el Viernes Santo, cuando ocurren las mayores explosiones de gracia y maravilla», comentó el Obispo, en declaraciones difundidas por el periódico diocesano The Catholic Sun. «so es cierto para nosotros ahora. Debemos creer que la misericordia de Dios significa que se acerca más a nosotros. Necesitamos un espíritu de humildad, pero también coraje y alabanza por la misericordia de Dios, que siempre está presente y trabajando dentro de nosotros».

El prelado insistió en la certeza de la acción de Dios cuando los fieles se rinden ante Él y descubren su acción que supera cualquier expectativa humana. Cuestionado sobre cómo proyecta los años venideros para su Diócesis, el Obispo expresó su esperanza en medio de posibles pruebas. «Solo Dios lo sabe, por supuesto. Vamos a ser una Iglesia que tendrá que tener una raíz más profunda en Cristo. Creo que los años inmediatamente siguientes serán muy difíciles», indicó. «Continuamos luchando con una gran parte de la sociedad que ya no cree en Dios. Entonces, creo que ese desafío está ahí».

«Pero ya sabe, la luz es más brillante y más maravillosa cuando hay oscuridad», concluyó el prelado. «Necesitamos tener la expectativa de que el Señor va pedirnos que tengamos una fe real y viva».

Con información de The Catholic Sun.