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México (Viernes, 13-12-2019, Gaudium Press) Las autoridades de Ciudad de México reportaron que el Aniversario número 488 de las Apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe fue celebrado en la Basílica por más de 10 millones de personas sin que se presentaran hechos de violencia. El notable flujo de peregrinos constituye en los días de la fiesta la mitad de las visitas anuales a la Basílica, que con 20 millones de peregrinos al año continúa siendo el Santuario más visitado de la religión católica.
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| Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, durante las celebraciones de la solemnidad de 2019. Foto: Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. |
En su homilía en la celebración central de la Solemnidad, el Arzobispo de México, Card. Carlos Aguiar Retes, destacó el papel de la Santísima Virgen como «Madre y también modelo de la Iglesia» y comparó las Apariciones en el Cerro de Tepeyac con la solicitud de la Madre de Dios en ir a visitar a su prima Santa Isabel. «Así quiso Dios enviar a María a este país que estaba destrozado, herido en sus ideas religiosas y en su concepción de cultura. María se acerca al indio Juan Diego, viene presurosa», predicó el Arzobispo. «María se acerca al indio Juan Diego, viene presurosa. La prisa de María se manifiesta en 1531, cuando empezaban los síntomas más fuertes de la descomposición de las distintas culturas indígenas de nuestro país. Presurosa viene al Tepeyac. ¿Cuál es la prisa de María? Decirle a este pueblo: Aquí estoy yo, yo soy tu Madre, confía, hijito mío muy querido».
A ejemplo de Santa Isabel, los devotos están llamados también a agradecer el don de la presencia de la Madre de Dios. «Ojalá que todos vengamos aquí con el corazón lleno de alegría, como iba María con Isabel; ojalá que todos hayamos venido para decirle a María: ¡Gracias por lo que has hecho!», motivó el Cardenal. De igual manera, animó a los presentes a permitir a la Madre de Dios acompañarlos en las pruebas y sufrimientos y buscar en ella consuelo y apoyo en las necesidades.
«Quien ha descubierto el amor de nuestra Madre María, seguirá viniendo a buscarla, seguirá expresándole gratitud y cariño, aquí y en tantos Santuarios dedicados a Ella, extendidos por toda América Latina y Europa, y aún en Asia», indicó el purpurado. «Digámosle por eso al Señor Jesús, al Hijo de María, que estamos dispuestos a seguir siendo sus discípulos, que queremos aprender a vivir en comunidad, que nuestras familias sean escuelas del amor, y que la sociedad abra sus espacios de relación humana para superar ese terrible anonimato, que permite tanta violencia en nuestras sociedades. Que María de Guadalupe nos siga acompañando a los pueblos de América, y en particular a nuestro querido México. ¡Así sea!».
Con información de Arquidiócesis de México.
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