Belén (Martes, 07-01-2020, Gaudium Press) Las celebraciones de la Navidad tienen un color y una vivencia especial en el lugar donde todo ocurrió: Belén; y entre las fiestas, la de la Epifanía, celebrada este 6 de enero, congregó a cientos de personas en torno a la Gruta de la Natividad y la conmemoración Eucarística presidida por el Custodio de Tierra Santa, el franciscano Fray Francesco Patton.
La fiesta que recuerda la primera manifestación del Hijo de Dios encarnado a los pueblos, representados por los Magos de Oriente, comenzó en la mañana del domingo 5 de enero con el recibimiento de la comunidad parroquial de Jerusalén, y otras comunidades, que se congregaron junto al Custodio de Tierra Santa en la Plaza del Pesebre para la entrada solemne y conmemoración de las vísperas pontificias con la incensación de la Gruta de la Natividad y el oficio de las lecturas.
Foto: Nadim Asfour / CTS. |
«Quiero pedir al Señor para todos nosotros el don de saber interpretar los regalos que el Señor pone en nuestro camino, el don de saber escuchar la profecía para poder escuchar a Jesús. Pidamos para toda la humanidad, pero sobre todo para la Tierra Santa, que la luz del niño de Belén ilumine los corazones y las mentes», indicó en la ocasión Fray Patton al saludar al párroco de la iglesia de Santa Catalina ad Nativitatem, contigua a la Basílica de la Natividad.
Ya el 6 de enero, en la fiesta de la Epifanía, tuvo lugar en el templo de Santa Catalina – que desde noviembre pasado custodia la reliquia del fragmento de la Santa Cuna del Niño Jesús – la Misa presidida por el Custodio franciscano de Tierra Santa, que contó con la presencia de varios cónsules de diferentes naciones europeas y de los Magos de Oriente que entregaron sus ofrendas, en honor al Niño Jesús, a los fieles allí congregados.
La imagen del Niño Jesús que se veneró en la Gruta de la Natividad de Belén / Foto: Nadim Asfour – CTS. |
Durante la homilía, comentando el Evangelio del día, Fray Patton indicó: «En la solemnidad de la Epifanía, Belén es la capital del mundo: la ciudad que atrae a todos los pueblos».
El Custodio también señaló: «Toda la historia nos muestra cómo el corazón de cada hombre desea conocer a ese niño. El Evangelio nos recuerda que no todo desean buscarlo del mismo modo y por el mismo motivo; nosotros queremos seguir el camino de los Magos y hacer nuestro el corazón y los sentimientos que les acompañaron; hombres sabios que saben escrutar el cielo y reconocer los signos que Dios envía a la humanidad. Y así, la estrella y la Palabra de Dios conducen hasta Belén».
Finalmente, Fray Francesco Patton expresó: «Desde este lugar se extiende una luz que puede iluminar el mundo entero. Que ilumine en el corazón de todos: de los muchos sabios que aún hoy le buscan, y el corazón de los hombres y mujeres que aún no le conocen para que sepan acogerle en sus vidas. Que ilumine el corazón de los poderosos para que lleven a cabo proyectos de paz y no de guerra. Que ilumine y transforme el corazón de los Herodes Hoy».
Foto: Nadim Asfour / CTS. |
Momentos emotivos de la fiesta de la Epifanía fue la tradicional vuelta alrededor del claustro de San Jerónimo, frente a la Basílica de la Natividad, con el regalo de incienso y mirra entregado a los fieles y peregrinos reunidos para la conmemoración, así como la adoración al Niño Jesús representado en una hermosa estatuilla del pequeño Infante, que luego fue colocada en la Gruta de la Natividad.
Para esta fecha los ortodoxos, quienes siguen el calendario juliano y gracias al Status Quo, daban inicio al tiempo de la Navidad ingresando también a la Basílica de la Natividad, a pocos metros de distancia de la fiesta de la Epifanía que allí tenía lugar.
Con información de Custodia de Tierra Santa.
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