Roma (Lunes, 16-11-2009, Gaudium Press) Polonia nunca aceptará remover crucifijos de sus escuelas, ha dicho Lech Kaczynski, presidente de ese país, haciendo referencia a la decisión de la Corte de Derechos Humanos de Estrasburgo con relación a Italia.
El presidente Kaczynski, quien firmó el Tratado de Lisboa que reformará la Unión Europea el pasado octubre, revalida las sospechas de muchos, en el sentido de que la decisión de la Corte de Estrasburgo de retirar los crucifijos de las escuelas italianas puede extenderse a toda Europa, y se alineó en el creciente bando de opositores a tal determinación.
En el mismo sentido se pronunció el ex-presidente Lech Walesa, quien afirmó que «se deben respetar las minorías, pero también proteger los derechos de las mayorías». En Polonia habían sido prohibidos los crucifijos en edificios públicos durante el régimen comunista, pero ellos habían retornado con la implantación del régimen democrático.
Otra amenaza a la educación católica en Italia
Aún bajo la influencia de las reacciones a la sentencia de la Corte de Estrasburgo, el diario Avvenire ha reportado los recortes presupuestales que el Estado italiano anunció para la escuelas privadas subsidiadas por él (scuole paritarie), entre las que se encuentran las católicas, a la par que han aumentado el número de familias que se dirige a la ‘escuela paritaria’ para la educación de sus propios hijos: +2,1% a la escuela media, +1,8% a la escuela superior y +0,2% en la formación profesional.
La ley presupuestal ha fijado 401 millones de euros para las paritarias, mientras el año pasado fueron 520 millones.
«Estamos indignados y nos sentimos engañados» dice sin eufemismos a l’Avvenire María Grazia Colombo, presidenta nacional de la Asociación de Padres de las Escuelas Católicas. «El aumento de las inscripción demuestra que las familias buscan responder a la crisis formativo buscan escuelas que puedan ayudarlos y sostenerlos en su acción educativa. Pero el gobierno no parece darse cuenta de esto y no actúa para sostener verdaderamente la familia».
«Hace unos días el Banco de Italia -señala Francesco Macrì, presidente nacional de la Fidae, la federación que reúne los institutos católicos de la primaria a la superior- reiteró que la educación es una inversión potencial, no un gasto. Un gobierno ilustrado, en una situación de crisis, invertiría en educación».
Aun existe la posibilidad de que en la Cámara italiana se modifique tal asignación presupuestal.
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