Königstein (Jueves, 23-04-2020, Gaudium Press) Cuando se piensa en la pandemia de coronavirus, es frecuente pensar que el frente de batalla se encuentra en clínicas y hospitales. Pero una batalla difícilmente se libra en un único frente y, para los creyentes, el frente espiritual es el más importante. Como una auténtica vanguardia en la batalla espiritual, cincuenta monasterios y conventos de todo el mundo aceptaron la invitación de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) a implorar unidos el fin de la pandemia.
Los religiosos de clausura constituyen una fuerza de oración de notable importancia durante la pandemia. Foto: Fundación Cajasol. |
«Queremos desatar una tormenta de oración. Según nuestro carisma fundador, uno de los pilares de nuestro trabajo en AIN es la oración», declaró el Presidente Ejecutivo de AIN International, Thomas Heine Geldern. «Siempre tenemos fe en las oraciones de todos nuestros socios del proyecto, pero en estos tiempos extraordinarios, también nos gustaría encontrar consuelo y apoyo en el ‘corazón de oración’ de la Iglesia: las órdenes contemplativas».
La Fundación, que apoya a numerosas comunidades de creyentes, sacerdotes y religiosos en territorios de misión, persecución o grave necesidad, ha recibido los mensajes de muchas personas que expresan sus preocupaciones y retos asociados a la pandemia, que agravan las necesidades de la Iglesia en esos lugares. «Creemos firmemente que la oración será la primera en producir frutos de misericordia», afirmó Geldern. «La oración forma la base de la ayuda y el apoyo que nos gustaría y estamos obligados a proporcionar».
Los conventos y monasterios que se unieron a la campaña son en su mayoría beneficiarios de programas de AIN y padecen en carne propia limitaciones y necesidades. Sin embargo, los mensajes que acompañaron la respuesta positiva a la campaña, expresando su solidaridad con quienes sufren en otras latitudes. «Prometemos que incluiremos su solicitud de oraciones en las oraciones especiales», indicaron religiosas Clarisas de Indonesia. «Sabemos que muchos de los donantes son mayores y viven solos. Por lo tanto, estamos haciendo una oración especial por todos los donantes. ¡Que Dios los guarde y esté con ellos!».
Con información de AIN.
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