Río de Janeiro (Miércoles, 23-12-2009, Gaudium Press) En un artículo titulado «Reflexiones para la Navidad», el Arzobispo emérito de Río de Janeiro, cardenal Eugênio de Araújo Sales, destaca que el día de Navidad, fecha del nacimiento del Niño Jesús, es «una excelente oportunidad para rever nuestras actitudes con relación al prójimo».
«Un establo fue transformado en residencia humana por falta de condiciones materiales para poder encontrar un verdadero hogar (Lc. 2,7). La pobreza es una característica de la Navidad. El contraste, su marca indeleble, aún hoy perdura. Es ésta la situación de más de dos mil años de predicación del mensaje divino. Basta mirar a nuestro alrededor a los que duermen en el rocío», afirma el arzobispo.
En el texto, el cardenal Mons. Eugênio resalta que la Navidad es una fiesta eminentemente religiosa y también un momento privilegiado para despertar en la consciencia de las personas la responsabilidad social de la fe cristiana. «El Pesebre de Belén es un angustiado apelo a cada hijo de Dios para, de inmediato, tornar posible nuestra solidaridad con los marginales», dice.
«Tengo la seguridad de que el más bello regalo que el Niño Jesús espera de cada uno de nosotros es el compromiso y el testimonio de solidaridad. Él se manifiesta por una expresión concreta de amor para todos aquellos que Él hizo nuestros hermanos, especialmente los más pobres y marginales», enfatiza el arzobispo.
Conforme el prelado «nosotros, cristianos, tenemos la obligación de seguir las directrices que nos son dadas, como hijo que escucha al padre y a él obedece». Así, según Monseñor Eugênio, «la reflexión delante del pesebre no puede permanecer solamente en nuestro interior, sino que nos lleva a una acción concreta, motivada por la justicia y caridad, para reducir este escándalo de la miseria que aplasta a tantos brasileños».
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