Ciudad de México (Miércoles, 23-12-2009, Gaudium Press) Luego de que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), aprobara el Código Civil del Distrito Federal, el cual permite y reconoce la unión matrimonial entre personas homosexuales, el Arzobispo Primado de México, monseñor Norberto Rivera Carrera, se pronuncio frente a la que llamó «ley inmoral».
Quizá una de las preocupaciones más fuertes que se ha generado en torno a dicha aprobación, es la posibilidad de adopción que se le ha otorgado a las parejas homosexuales. «Esta ley -que equipara la unión entre personas del mismo sexo con el matrimonio entre un hombre y una mujer- ha abierto las puertas a una perversa posibilidad para que estas parejas puedan adoptar a niños inocentes, a quienes no se les respetará el derecho a tener una familia constituida por una madre y un padre, con los consecuentes daños psicológicos y morales que provocará tal injusticia y arbitrariedad. Esto, desde luego, es absolutamente inadmisible y condenable», expresó el Cardenal.
Además, según el Arzobispo, «los niños y jóvenes corren un gravísimo riesgo al ver como normales este tipo de uniones, y pueden entender equívocamente que las diferencias sexuales son un simple tipo de personalidad, dejando así de apreciar la dualidad de la sexualidad humana, que es condición de la procreación y, por tanto, de la conservación y desarrollo de la humanidad», agregó.
El matrimonio, sacramento fundamental
La unión heterosexual se configura como un sacramento fundamental dentro de la Iglesia católica, explica Monseñor Rivera, pues éste «es signo eficaz de la alianza entre Cristo y la Iglesia (cf. Ef 5, 32). Este significado cristiano del matrimonio, confirma y refuerza el valor profundamente espiritual y humano de la unión matrimonial entre el hombre la mujer (cf. Mt 19, 3-12; Mc 10, 6-9)».
Por tanto está ley «golpea en su estructura más íntima a las familias mexicanas, institución sobre la cual nuestro país ha construido su rica historia, sus valores y su espiritualidad», afirmó Monseñor.
También, el purpurado aclaró que al rechazar la unión matrimonial entre homosexuales no buscan discriminar a dicha población, sino que va en busca de la defensa del matrimonio «como institución esencialmente heterosexual», explicó.
Del mismo modo, el Primado de México, hizo un llamado para que «la aprobación arbitraria de esta ley inmoral sea el antídoto para que en los demás estados de la República no sigan este perverso ejemplo y se haga lo necesario para defender constitucionalmente a la familia (…)».
Con Información del SIAME.
Gaudium Press / Nathali J. Rátiva M.
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