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Ciudad del Vaticano (Miércoles, 30-12-2009, Gaudium Press) Comprometido con la propagación del Evangelio en Japón, trabajó para la promoción de la justicia y la paz e incansables esfuerzos a favor de la causa de los refugiados «con gratitud», escribió el Santo Padre en telegrama de condolencias enviado por el fallecimiento del arzobispo emérito de Tokio, cardenal Peter Seiichi Shirayanagi.
El mensaje de condolencias fue enviado por el Pontífice, hoy, al actual arzobispo de la capital japonesa, Peter Takeo Okada. El Papa aseguró en su oración que «Dios, padre de la Misericordia, deberá recompensar al gran cardenal Shirayanagi por sus trabajos y ciertamente recibirá muy bien su noble alma a través de la luz y la paz del cielo».
El cardenal falleció, hoy, a las 6:45, horario local de Tokio. El funeral está marcado para el 5 de enero.
Biografía
El arzobispo emérito de Tokio nació el 17 de junio de 1928 en la región de Hachioji, en Tokio. En 1954, fue ordenado sacerdote en la Catedral Católica de Kanda. Seis años más tarde, se doctoró en ley canónica en la Pontificia Universidad Urbaniana, en Roma.
En mayo de 1966, Shirayanagi fue ordenado obispo de Atenia y obispo auxiliar de Tokio. Tres años después fue nombrado arzobispo de Castro y arzobispo coadjutor de Tokio, tornándose, en 1970, arzobispo titular de la capital japonesa, función que ejerció hasta el 2000, cuando se jubiló. Antes, en 1994, fue condecorado por el Papa Juan Pablo II con el título de S. Emerenziana a Tor Fiorenza.
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