Lima (Lunes, 04-01-2010, Gaudium Press) Inicia un nuevo año y con el se despliega un conjunto de objetivos y metas para alcanzar durante los siguientes doce meses. En este sentido, el cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, ve como meta fundamental para la Iglesia en el 2010 el «Mejorar la Familia».
Así, y durante la emisión del programa «Diálogo de fe», emitido el pasado 2 de enero, el Cardenal invitó a toda la comunidad, al Gobierno y por supuesto a la Iglesia, a enfocar su mirada en el desarrollo óptimo de las familias, las cuales se constituyen como «células básicas».
«Para la Iglesia debería ser una meta muy clara el mejorar la familia, es decir, la relación entre los papás con los hijos, la educación de los papás a los hijos. Toda esa fuerza que tiene la relación familiar, creo que hay que promocionarla más, precisamente porque veo una demanda tan grande (…) de ese mundo tan movido y tan frágil en el cual se privilegia siempre el trabajo, el éxito. Entonces el contrapeso necesario es profundizar más las relaciones personales entre padres e hijos, y también entre marido y mujer, incluido los abuelos», expresó el Cardenal.
La integración familiar, va encaminada también, hacia la participación de ésta en los proyectos comunales, regionales, etc. «Creo que esta relación familiar debería ser objeto de un serio análisis para que también veamos cómo la familia participa más en el proyecto educativo de su hijo, cómo la familia (los papás) participan más en las decisiones de los municipios (…). Para que de alguna manera el protagonismo que tiene la familia como célula básica, no se lo quite el municipio, no se lo quite la región, ni se lo quite el poder político sino que lo ejerza, evidentemente entregando muchas decisiones», agregó el Arzobispo.
Por otra parte, diariamente las familias se ven permeadas por las grandes campañas publicitarias y por el mundo mediático cada vez más inmediato y exigente. Frente a esta realidad Monseñor Cipriani expresó, que «no hay que olvidar que estamos en un cambio de cultura a nivel mundial», el cual promueve formas de ser, pensar y actuar.
«La fuerza que está viniendo, sobre todo de los países llamados desarrollados, de cómo se debe vivir es muy fuerte, el cómo se debe vivir en esos países es bienestar material, es plata, comida, sexo, viajes, compras. Todo lo que se llama ′progreso′ hoy, significa progreso material, pero no significa de ninguna manera progreso integral», afirma Monseñor.
Educar es difícil…
La educación impartida dentro del hogar es fundamental para el desarrollo de los hijos y su desenvolvimiento en la sociedad. Según el Cardenal, formar a los hijos requiere de grandes esfuerzos pues «educar es difícil porque somos libres, educar es difícil porque el hombre es complejo, pero es mucho más difícil si de una manera anónima los empresarios, los medios de comunicación, los que se llenan de plata, programan tu vida y la de tus hijos sin preguntarte».
Por esto, es necesario que el padre y la madre dediquen tiempo de calidad a sus hijos, en busca de afianzar las relaciones interpersonales con ellos y de conocer qué hacen, adónde van y con quien comparten.
«Yo por eso quiero despertar, al iniciar el año, esta responsabilidad de los papás. Educar a los hijos cuesta tiempo, cuesta un esfuerzo de paciencia, de escucha, cuesta fortaleza para corregir», puntualizó Monseñor.
Finalmente, el cardenal Juan Luis Cipriani, despidió el programa con su bendición: «Que el señor ilumine a las familias, que veamos con optimismo pero con seriedad está llamada para que la familia ocupe el protagonismo del desarrollo de la sociedad y para que la persona con toda su dignidad sea el objetivo de todos estos programas de gobierno y de trabajo».
Con información del Arzobispado de Lima.
Gaudium Press / Nathali J. Rátiva M.
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