San Pablo (Miércoles, 10-02-2010, Gaudium Press) El cardenal arzobispo de San Pablo, Mons. Odilo Pedro Scherer, en artículo publicado ayer 9 en el site de la arquidiócesis, dijo que el asunto Haití, que «todavía no acabó de contar y de enterrar sus muertos», no puede caer en el olvido de los medios de comunicación por no tener más el «sabor de la novedad».
«¿Será que el pueblo de Haití va ser abandonado a sí mismo de aquí a poco?», cuestiona Mons. Odilo. Para el arzobispo, las heridas en el país caribeño aún no «cicatrizaron» para las centenas de millares de personas que perdieron sus hogares y los niños huérfanos.
Entretanto, es necesario reconocer que hay «grandes expresiones de solidaridad» para la prestación de auxilios inmediatos y que continúan por causa de una movilización internacional «ayudar a reconstruir aquel país».
En el artículo, Mons. Odilo resalta que «nosotros, brasileños, tenemos mucho que agradecer a Dios por no tener terremotos en el país». A pesar de algunos desastres naturales como inundaciones y deslizamientos de tierra, «nada se compara con la destrucción y el dolor causado por un terremoto».
«Allí, de un momento a otro, la casa cae, la iglesia se derrumba, el hospital queda totalmente dañado, al punto de no poder auxiliar ni a las víctimas que están debajo de los propios escombros», observa.
Para el Cardenal arzobispo, este conjunto de reflexiones no busca ser un «mero ejercicio de fantasía del terror», sino que pretende llevar a la conclusión de que «somos muy privilegiados» por no tener que lamentar terremotos en Brasil. «Por esta razón, tenemos mucho que agradecer a Dios y que esta reflexión nos lleve a ser generosos en la ayuda a las víctimas del terremoto de Haití, uno de los países más pobres del mundo».
Colecta el miércoles de Ceniza
La misma arquidiócesis de San Pablo, resaltó el arzobispo, lanzará una colecta especial en todo el territorio arquidiocesano el día 17 de febrero, cuando la Iglesia celebra el miércoles de cenizas que marca el inicio de la Cuaresma.
Según Mons. Odilo, la colecta será realizada en todas las iglesias católicas, parroquiales o no, junto a una explicación del pueblo sobre el sentido del gesto y la motivación para la generosidad de todos. Además, colegios, escuelas católicas, facultades, comunidades religiosas, asociaciones de fieles, movimientos, nuevas comunidades y otros grupos de la Iglesia también están invitados a hacer la colecta.
«Nuestra colecta, aconteciendo ya en la apertura de la Cuaresma, también es una buena ocasión para un gesto concreto de conversión a Dios, ofreciendo para el bien del prójimo el fruto del ayuno y la abstinencia de la cuaresma», señaló el pupurado.
El texto dice que la colecta a ser realizada también será un «bello modo» de iniciar la Campaña de la Fraternidad de este año, cuyo tema es «Economía y vida» y como lema «Vosotros no podéis servir a Dios y al dinero».
Al final de su reflexión, el arzobispo de San Pablo resaltó que ayudar al prójimo es una «óptima manera de emplear dinero y Dios no dejará de hacer rendir esta inversión».
«Fue el mismo Jesús quien garantizó que, hasta un vaso de agua, dado a un ‘pequeñito de Dios’ en su nombre, no quedará sin su recompensa», concluye el Cardenal.
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