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Bogotá (Viernes, 19-02-2010, Gaudium Press) En el marco del Congreso Internacional «Legado de Juan Pablo II el Magno», que se está llevando a cabo en Bogotá, desde hoy hasta mañana, el Cardenal Stanislaw Dziwisz, Arzobispo de Cracovia y secretario personal de Juan Pablo II por casi 40 años -y quien es, además, el invitado especial al evento sobre el Papa polaco- habló con algunos medios de comunicación, entre los que se encontraba Gaudium Press.
Sobre el título del Congreso, señaló: «hay muchos motivos para darle éste título. Él cambió el mundo, puedo decir, desde el punto de vista político y religioso. Europa y el mundo se ven de manera diferente antes de su pontificado, y después de su pontificado».
Al respecto, el Cardenal Dziwisz explicó que, cuando el Santo Padre inició su pontificado, el mundo se encontraba bajo una notable influencia del marxismo, en especial los hombres de las universidades y de la cultura, puesto que «veían la solución de los problemas que existían por el camino del marxismo», comentó. También mencionó que Juan Pablo II manifestó muchas veces que ese no era el camino para la solución de los problemas, que la solución a las dificultades estaba en la «solidaridad, sobre todo con los hombres pobres del tercer mundo, y el amor».
El Secretario Personal de Juan Pablo II, además, habló sobre el proceso de beatificación del pontífice -que está en curso-. Señaló que éste, pese a que ha sido rápido, se ha llevado en el tiempo necesario y ha sido un proceso objetivo, «para profundizar en la personalidad, el legado que dejó». Asimismo, resaltó que «la gente en el mundo -no solamente los cristianos, sino también los judíos, los musulmanes- quieren que él sea santo, porque sobrepasó todos los umbrales».
En relación con este tema, señaló que, luego de compartir con él en el Vaticano por 26 años -tiempo que duró su pontificado-, ve con asombro como miles de fieles, tras el fallecimiento de Juan Pablo II, peregrinan a su tumba. «Después de 26 años, nunca me había tocado ver, durante 5 años, una procesión hacia su tumba, nunca había sucedido en la historia. ¿Por qué van allá?, para conversar con él, pedirle y recibir gracias. Allí se reciben muchas gracias, y eso apoya su santidad (…) por eso hay que unirse a ese grito de la gente de ¡Santo Súbito!», comentó.
También recordó que el Pontífice jamás tuvo miedos, porque estaba «en manos de Dios», sobre todo luego del atentado que sufrió en la Plaza de San Pedro. Dijo que, en ese entonces, todos creían que él iba a tener miedo de salir a la plaza, pero que Juan Pablo II lo primero que expresó, tras recuperarse de las heridas que sufrió, fue: «el miércoles vamos a salir a la plaza, y va a haber audiencia como siempre ha sido».
Los últimos momentos al lado del Pontífice
El Cardenal Dziwisz, también compartió con los medios de comunicación los últimos momentos que vivió al lado de Juan Pablo II. Dijo que fue un instante «muy especial», que sintió una paz impresionante y que como él murió «así mueren los santos».
Sobre su muerte, resaltó que Juan Pablo II, con su agonía, «le devolvió la dignidad a la muerte». «Él decía que la vida terrena conduce a la vida eterna, y así como lo enseñó, así lo vivió, y la gente que estaba en la plaza lo comprendió, sobre todo los jóvenes».
Mensaje para Colombia y los periodistas
También le dio un mensaje a Colombia. Dijo que el país suramericano «debería ir más hacia la solidaridad», siempre teniendo presente una frase que constantemente repetía el Santo Padre: «nunca en contra, siempre juntos, para el bien de todos».
Al concluir su encuentro con los periodistas, antes de darles una bendición especial, les recordó que de los comunicadores «depende cómo será el futuro del país», y que la gente, siempre va estar tratando de leer, escuchar y, después, actuar con base a lo que han escuchado, «por eso la responsabilidad por cada palabra de los periodistas es enorme», enfatizó.
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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