Oaxaca (Miércoles, 31-03-2010, Gaudium Press) «Barrabás es símbolo del mal, de la corrupción y del crimen; como en tiempos de Pilato muchos gritan hoy «suéltanos a Barrabás»; exigen supuestos derechos de hacer el mal, del libertinaje y de matar; piden también la muerte de Jesús, de la verdad, de la justicia, de la moral. La Pascua nos pone ante Jesús y Barrabás ¿A quién elegimos nosotros?». Con esta reflexión y pregunta Mons. José Luis Chávez Botello, Arzobispo de Antequera-Oaxaca en México, envió un mensaje a sus fieles, con motivo de la Semana Santa.
El prelado, haciendo referencia al sentido de la Pascua, y dando respuesta a su pregunta, dijo que si los católicos hacen verdaderamente Pascua en la vida diaria, el «hacer Pascua es elegir a Jesús». Igualmente, recordó que la celebración de la Resurrección del Señor «es la fiesta más importante para todos los católicos», y «el corazón, cimiento y columna vertebral de nuestra fe».
«Pascua significa paso. Quien está seguro que después del trabajo y de la lucha vienen los frutos y la victoria, asume el esfuerzo y da el paso aunque le cueste», continuó Mons. Chávez Botello en su mensaje.
Más adelante, el Obispo lanzó otra pregunta invitando nuevamente a la reflexión: «¿Es posible vivir así en medio de tantas mentira, injusticias, corrupción y crímenes?». Ante ese interrogante respondió que es precisamente por medio del paso de la muerte de Jesús a la vida, donde se encuentran los motivos «para luchar por la verdad, por la unidad y por el bien común», y se hallan las fuerzas para trabajar por la familia y servir por amor.
El lavatorio de los pies |
También, hizo una invitación para que durante estos días santos, cuando se intensifica la devoción religiosa, se aprovechen las celebraciones litúrgicas para reflexionar y vivir el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. «El lavatorio de los pies, la distribución del pan bendito, la visita a los siete templos, la adoración a Jesús Sacramentado, el Vía Crucis que en Oaxaca resalta el encuentro de Jesús con su Santísima Madre, las tres caídas, las siete palabras, el descendimiento, el pésame, la oración y reflexión ante las imágenes del Santo Entierro y de la Virgen de la Soledad, entre otras», añadió.
Sobre este tema, Mons. Chávez Botello, igualmente, recordó que es importante reconocer el espíritu y origen de estas devociones «para no vaciarlas ni reducirlas a meras costumbres sin contenido ni compromiso», y reiteró que todas estas manifestaciones de la devoción religiosa «tienen la finalidad de preparar y mantener el espíritu cristiano de la Celebración Litúrgica, que constituye el acto central de cada día».
Con información de la Conferencia del Episcopado Mexicano
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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