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Santiago (Miércoles, 09-06-2010, Gaudium Press) Según fuentes del Instituto del Verbo Encarnado, éste año la congregación religiosa sumó 32 novicios en Chile, transformándose así en una de las que más vocaciones aporta a la Iglesia chilena. Según las cifras, el «Verbo» también lidera en cantidad de miembros a nivel mundial, con 1.770 fieles entre hombres y mujeres.
A Chile llegaron en 1998 a la nortina ciudad de Illapel y en el 2002 a solicitud del obispo emérito de San Bernardo, monseñor Orozimbo Fuenzalida, se hicieron cargo de las parroquias de Nuestra Señora del Huerto y Jesús el Buen Pastor, en la comuna de La Pintana.
De carisma austero y rigurosa sotana negra
La Congregación del Verbo Encarnado -según señala Gustavo Villavicencio, periodista del diario El Mercurio- se compone de un perfil religioso muy variado, entre jóvenes recién salidos del colegio, profesionales universitarios y «vocaciones tardías» que no pudieron ingresar a la vida religiosa en su momento.
La labor del «Verbo» destaca en áreas como la evangelización de la cultura, el acompañamiento a los enfermos, clases de religión en colegios y catequesis en la correccional de menores. Además son responsables del comedor abierto «Beata Madre Teresa de Calcuta» que durante el 2009 atendió a más de 22 mil personas.
«Lo paradójico es que mientras muchas congregaciones religiosas y seminarios diocesanos no tienen vocaciones, el Verbo Encarnado no da abasto en su noviciado en La Pintana y en su casa de Formación en San Rafael (Argentina)», señala el periodista.
Según cuenta el encargado de los novicios del «Verbo», padre Gustavo Lombardo, la clave de tener tantas vocaciones radica en un intenso trabajo vocacional, mediante la realización de jornadas para jóvenes, campamentos, cursos para universitarios, misiones populares y Ejercicios Espirituales Ignacianos. «El secreto de tener vocaciones está en presentar crudamente a los jóvenes la cruz de Cristo», dijo.
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