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¡El mensaje es lo que importa, no el medio por sí mismo!: Arzobispo de La Plata

La Plata (Jueves, 17-06-2010, Gaudium Press) Si es bien cierto que los medios de comunicación masiva, (radio, prensa, internet,etc.), influyen en gran medida sobre la forma de pensar y actuar de los ciudadanos, es importante reflexionar frente a los contenidos que éstos generan, su pertinencia, ventajas o desventajas.

De igual modo, el papel de los comunicadores sociales, periodistas y presentadores, entre otros, debe ser analizado de forma crítica, en cuanto son ellos quienes deciden en buena medida la agenda mediática, es decir, lo que se trasmite o no a través de dichos medios.

Así, monseñor Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata – Argentina, en el programa «Claves para un mundo mejor», compartió con los fieles una importante reflexión con motivo de la reciente celebración del día del periodista. «Hace pocos días se ha celebrado el Día del Periodista y algunas semanas más atrás la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que la Iglesia ha instituido hace ya varias décadas en el Domingo de la Ascensión del Señor. Me parece que estas circunstancias son buenas para pensar un poco en las formidables posibilidades que ofrecen hoy los medios de comunicación (…). Pero también esto nos invita a reflexionar críticamente acerca de nuestra realidad concreta, acerca de lo que vemos habitualmente por televisión o lo que escuchamos por la radio», expresó Monseñor.

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Mons. Héctor Aguer

Precisamente, «la televisión hoy día está muy lejos de ser un medio de auténtica edificación personal y familiar. Por lo contrario, creo que es uno de los poderosos agentes de desculturación del país y de nuestro pueblo, especialmente de nuestro pueblo sencillo, que carece de otros recursos para informarse y formarse. Llama la atención como se ha ‘farandulizado’ la televisión y cuántos canales al mismo tiempo, con lo que cuesta la transmisión, pasan horas y horas difundiendo chismes de la gente que vive en ese ambiente. Por supuesto, lo que allí se exhibe no son los mejores ejemplos de vida», agregó el arzobispo.

Por su parte la radio, con algunos programas sin contenidos edificantes y con lenguajes inapropiados, se convierte en el acompañante diario de grandes y chicos; estos últimos especialmente, se forman bajo preceptos divulgados a través de este medio.

«Una cosa que me llama la atención de la radio es la decadencia del lenguaje. Hoy se critica mucho a los jóvenes porque se dice que los chicos no tienen un amplio vocabulario para expresarse y que eso muestra su incapacidad para pensar profundamente las cosas, pero lo peor es ver la degradación del lenguaje en la radio y sobre todo esta facilidad para la expresión chabacana, para la grosería, para la vulgaridad. Eso también se extiende y se extiende malamente. No digo que es necesario englobar el discurso y hacer solemne todo. No se trata de eso. En realidad se trata de decencia, de delicadeza y de propósito de edificación», explicó Monseñor Aguer.

«Criticar lo que debe ser criticado y apoyar lo que debe ser apoyado»

El papa Benedicto XVI, en su mensaje con motivo de la XLIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales expresó: «Deseo animar a todas las personas de buena voluntad, y que trabajan en el mundo emergente de la comunicación digital, para que se comprometan a promover una cultura de respeto, diálogo y amistad».

Cultura que se debe promover también en los distintos medios de comunicación, los cuales poseen a su vez programas que construidos bajo preceptos educativos, sociales y culturales se convierten en espacios aptos para el aprendizaje, la diversión y el entretenimiento de manera sana y positiva.

«Lo que quiero decirles es que hay que escribir a los medios, llamar a los medios, manifestar la opinión cuando hay que criticar lo que merece ser criticado y apoyar lo que merece ser apoyado. Esto es una ayuda a que esta especie de hegemonía universal encuentre su cauce y se aplaque un poco tanta desedificación como hoy día tenemos que sufrir.

Hay posibilidades maravillosas en los medios de comunicación, pero es necesario explorarlas adecuadamente, y lo que importa es qué idea tenemos acerca del uso de estos medios y qué es lo que queremos transmitir y lo que queremos recibir. ¡El mensaje es lo que importa, no el medio por sí mismo! Y ese mensaje solo puede partir de gente que sabe muy bien lo que quiere pero que está adherida a la verdad, al bien, a la belleza y que quiere prestar un servicio auténtico a la sociedad», finalizó el arzobispo de La Plata.

Con información de AICA

Gaudium Press / Nathali J. Rátiva M.

 

 

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