Solemne Liturgia de Acción de Gracias a Dios por la vida de los 33 mineros se realizó en Chile

Santiago (Martes, 26-10-2010, Gaudium Press) Ayer lunes, a las 20:00 horas, se realizó en el Santuario Nacional de Maipú la Liturgia de Acción de Gracias por la vida de los 33 mineros rescatados desde el yacimiento San José. La ceremonia fue presidida por el Presidente de la Conferencia Episcopal y Obispo de Rancagua, monseñor Alejandro Goic, y concelebrada por el Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz; por el Rector del Santuario, padre Carlos Cox; estaban también representantes de las diversas comunidades religiosas pertenecientes a la Fraternidad Ecuménica de Chile.

Al solemne acto asistieron algunos ministros de Estado, autoridades civiles y militares, y los 33 mineros con sus familias; quienes por estos días se encuentran en Santiago con ocasión de diversas actividades organizadas por el Gobierno.

La ceremonia destacó por sus emotivos signos litúrgicos, especialmente por el «Canto a los 33 mineros», compuesto por el grupo religioso Sembradores de Maipú. Al momento de las ofrendas, 33 niños presentaron cruces de Chile e imágenes de la Virgen del Carmen Misionera y luego, fue llevado al altar una hermosa ofrenda floral con la leyenda «Estamos vivos en el refugio los 33», frase gloriosa que estampó la alegría de todo un pueblo ante el hermoso milagro ocurrido en la mina San José, en Atacama.

Cristo Nuestro Refugio

Este fue el título de la extensa homilía con que monseñor Goic se refirió a diversos temas de actualidad nacional y eclesial. Casi al finalizar su intervención, el prelado reflexionó sobre la situación presente y futura de los 33 trabajadores, solicitando a los líderes de opinión y medios de comunicación no interferir en su recuperación y reinserción familiar y social.

«Hoy la vida de estos trabajadores nos parece muy distinta. Hoy están expuestos a otros peligros, probablemente también graves (…) Invitamos a todas las personas e instituciones, de un modo especial a los líderes de opinión y a los medios de comunicación, a respetar a estos hermanos, a permitirles recuperarse dignamente, en el contexto de sus familias y seres queridos. Ya han vivido una tiniebla horrorosa.», dijo.

Y agregó: «No les violentemos con una luz encandilante que les pueda apartar de una vida sin ostentación y alegre. Con gran afecto decimos que los mineros de Atacama son simbólicamente ‘nuestros mineros’, pero no podemos arrogarnos la propiedad de sus vidas ni de este testimonio contundente de valor y de fe que nos han dado».

Gaudium Press / Igor Roco