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Ciudad de México (Viernes, 12-11-2010, Gaudium Press) Con la presencia de 130 obispos culmina hoy en México la 90ª Asamblea Plenaria del Episcopado Mexicano, que se está llevando a cabo, desde el pasado lunes, con el objeto de impulsar los procesos -así como las estrategias pastorales- encaminados para la Misión Continental. Ayer la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), dio a conocer el mensaje final que los prelados mexicanos dirigieron a los fieles católicos y personas de buena voluntad de su país.
«Nos hemos reunido en Asamblea Plenaria para compartir las variadas experiencias de la Misión Continental permanente en nuestras diócesis y descubrir los caminos del Espíritu para dinamizarla en sus procesos y estrategias. Hemos vivido esta Asamblea en un ambiente de encuentro orante, reflexivo, fraterno y de serena esperanza», señalan los obispos en la misiva.
Entre los temas de reflexión que los prelados tuvieron en cuenta durante el encuentro, se habló sobre la necesidad de que el Evangelio incida en la nueva cultura, que, según los obispos, se caracteriza «por la reducción del ser humano a objeto de consumo y la ausencia de aspiraciones humanizadoras y trascendentes». Al respecto, y «con la confianza puesta en el Señor», los jerarcas de la Iglesia mexicana, se comprometen «a asumir los desafíos pastorales de la nueva cultura».
En unión con este tema -así como a la invitación que los Obispos Latinoamericanos realizaron en Aparecida, Brasil, en el año 2007, a ser discípulos misioneros-, los prelados mexicanos señalan: «La primera invitación que Jesús hace a toda persona que ha vivido el encuentro con Él, es la de ser su discípulo, seguirlo y formar parte activa, comprometida y corresponsable en su comunidad (…) Como dice la Iglesia en Aparecida, en su mensaje final: ‘¡Nuestra mayor alegría es ser discípulos suyos!’ Él nos llama a cada uno por nuestro nombre, conociendo a fondo nuestra historia, para convivir con Él y enviarnos a continuar su misión».
Los obispos, también hablaron sobre los nuevos retos a los cuales se enfrenta la Iglesia, en especial, ante una nueva sociedad y una cultura en constante cambio. Señalan que «la Iglesia está llamada a responder profundamente y relanzar con mayor fidelidad y audacia su misión en las nuevas circunstancias», retomando la invitación a ser misioneros de la esperanza. «Asumimos con renovado entusiasmo ser discípulos misioneros, viviendo y compartiendo el tesoro más preciado que es Cristo y su buena nueva de salvación», agregan los prelados.
En el mensaje, también recuerdan que todos, al ser parte de la Iglesia de Jesús, son responsables de la misión que a cada quien se le ha encomendado, y que cada persona participa con distintos ministerios, carismas y servicios.
Los obispos, igualmente, hacen un llamado a los fieles mexicanos y a los hombres de buena voluntad: «Les invitamos a vivir este tiempo de la Iglesia como tiempo del Espíritu Santo, Señor y dador de vida. Fijemos nuestra mirada en Jesucristo y reafirmémonos como discípulos y misioneros del amor de Cristo en estos tiempos, también de grandes oportunidades, para evangelizar la cultura emergente. Dejémonos atraer con renovado asombro por el Dios revelado por Jesucristo. Nuestro testimonio más valioso es la fe que tenemos en Dios amor. Que esta fe-amor-esperanza se refleje en cada bautizado, en el modo de ser Iglesia en el mundo y en la renovación de las estructuras pastorales».
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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