"Después de haber invadido Irak, nuestra nación tiene la obligación moral de no abandonar a los iraquíes que no pueden defenderse": Cardenal George

Washington (Miércoles, 17-11-2010, Gaudium Press) Tras el atentado del 31 de octubre pasado a la catedral sirio-católica en Bagdad, que dejó un trágico saldo de 46 personas civiles y de 7 miembros de organismos de seguridad muertos, el Cardenal Francis George, arzobispo de Chicago y presidente de la Conferencia Episcopal de los EE. UU., dirigió una carta al presidente americano Barack Obama, señalando las obligaciones morales que se tienen hacia el pueblo iraquí, y la necesidad de que «los Estados Unidos den pasos adicionales ahora para ayudar a Irak a proteger sus ciudadanos, especialmente cristianos y otros que son víctimas de ataques organizados».

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En la carta, el Cardenal recordó a Obama que los obispos americanos habían expresado «graves cuestiones morales» antes de que el combate encabezado por los Estados Unidos comenzase en Irak, que habían advertido de las «impredecibles consecuencias» de dicha acción. «El exterminio de la comunidad cristiana en Irak y la continua violencia que amenaza a todos los iraquíes se encuentran entre esas trágicas consecuencias», señaló el purpurado.

El Cardenal George no se limita a apuntar los terribles factores de disgregación que amenazan al pueblo de Irak y particularmente a la minoría cristiana. En la carta, y tras señalar que «después de haber invadido Irak, nuestra nación tiene la obligación moral de no abandonar a los iraquíes que no pueden defenderse», el prelado señala una serie de objetivos que «como mínimo» los Estados Unidos y la comunidad internacional deben ayudar a que Irak alcance:

Son ellos:

– Activar el gobierno iraquí para que funcione por el bien común de todos los iraquíes.

– Desarrollar la capacidad del ejército y la policía de Irak para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos, incluidas las minorías.

– Mejorar el sistema judicial y el imperio de la ley.

– Promover la reconciliación y la protección de los derechos humanos, especialmente la libertad religiosa.

– Reconstruir la destrozada economía de Irak a fin de que los iraquíes puedan mantener a sus familias.

– Asistir a los refugiados y desplazados internos iraquíes.