"El crecimiento en la comunión será siempre nuestra gran tarea para tener una caridad viva, y es el camino adecuado para enfrentar los temporales de estos tiempos difíciles", dijo Presidente de la Conferencia Episcopal chilena

Punta de Tralca (Jueves, 18-11-2010, Gaudium Press) Tras la celebración eucarística del mediodía, se dio inicio a la sesión inaugural de la 100º Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh), que se desarrolla desde el lunes 15 en la casa de retiros Punta de Tralca. La jornada comenzó con el saludo de bienvenida del actual Presidente de la CECh y Obispo de Rancagua, monseñor Alejandro Goic.

Luego fue el turno del Nuncio Apostólico de Su Santidad, monseñor Giuseppe Pinto, quien saludó a los pastores y les agradeció la cercanía y apoyo que le han manifestado en estos años de labor como representante pontificio en el país. Asimismo destacó que esta Asamblea Plenaria es una «clara expresión de comunión episcopal».

Monseñor Pinto reiteró la cercanía del Santo Padre hacia el pueblo chileno y recordó importantes acontecimientos ocurridos en la Iglesia, como el nombramiento del nuevo Obispo Prelado de Illapel, monseñor Jorge Vega, y la elevación a la categoría de Diócesis de la entonces Prelatura de Calama. Además manifestó su gratitud y valoró las enseñanzas del Papa Benedicto XVI, especialmente la exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini, dada a conocer recientemente.

Caminos de mayor comunión

Posteriormente intervino monseñor Alejandro Goic, quien señaló que «el camino que ha vivido la Iglesia Católica durante los años que han transcurrido desde la primera Asamblea Plenaria de Obispos, ha sido un fruto precioso de la renovación eclesiológica del Concilio Vaticano II, que se expresa en la misma existencia y trabajos de la CECh, en el desarrollo de la vocación laical en la Iglesia y en la sociedad, en el Diaconado Permanente, en el itinerario pastoral de las sucesivas Orientaciones Pastorales, entre otras manifestaciones».

Y agregó que en compañía del Espíritu Santo «se irán abriendo los caminos para crecer en mayor comunión, en mayor corresponsabilidad eclesial, en mayor santidad y presencia evangelizadora en el mundo». Dijo además que «sólo si seguimos aprendiendo a vivir en una clave espiritual y pastoral de discernimiento podremos acoger los signos de los tiempos y la audacia de los llamados del Espíritu a los necesarios cambios en la vida de nuestra Iglesia».

Desafíos de la Iglesia chilena

Luego, monseñor Goic reflexionó en torno a una serie de desafíos que la Iglesia debe asumir con dedicación y urgencia, tales como el descenso de la credibilidad eclesial y ministerial, la necesidad de crecer en una eclesiología a partir del concepto central del «Pueblo de Dios», la necesidad de ser testigos de la universalidad y gratuidad del Evangelio en una sociedad pluricultural, la brecha social, la formación de los futuros sacerdotes y laicos, mayores instancias de diálogo y colaboración ecuménica; entre otros temas.

Sobre esto mismo, el prelado manifestó que la comunión debe expresarse en un «ejercicio de la autoridad en la Iglesia que escuche a otros miembros del Cuerpo de Cristo como sujetos adultos en Cristo y no -simplemente- como `fieles´ que tienen que obedecer pasivamente». Asimismo enfatizó que «el crecimiento en la comunión será siempre nuestra gran tarea para tener una caridad viva, y por lo mismo, es el camino adecuado para enfrentar los temporales de estos tiempos difíciles».

El pastor finalizó su intervención agradeciendo al Señor por haberle permitido ser testigo de esta historia, particularmente en los años que le correspondió encabezar la Conferencia Episcopal.

Con información del departamento de comunicaciones del episcopado chileno.