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Aparecida (Jueves, 12-05-2011, Gaudium Press) La presidencia de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) divulgó una nota este miércoles, durante rueda de prensa sobre un día más de trabajos de la 49ª Asamblea General del Episcopado, comentando el reciente reconocimiento de la unión estable civil también para parejas homosexuales por parte del Supremo Tribunal Federal (STF), más alta corte brasileña.
En la nota, firmada por el presidente de la CNBB Mons. Geraldo Lyrio Rocha, el vicepresidente Mons. Luiz Soares Vieira, y el secretario general Mons. Dimas Lara Barbosa, la CNBB «reafirma el principio de la institución familiar» y dice que «el matrimonio natural entre el hombre y la mujer así como la familia monógama constituyen un principio fundamental del Derecho Natural».
Para el Episcopado Brasileño, «la familia es el ámbito adecuado para la plena realización humana, el desarrollo de las diversas
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| Foto: Cristián Arriagada |
generaciones y constituye el mayor bien de las personas» y debe ser preservada. Los obispos enfatizan que las uniones estables homosexuales no pueden ser equiparadas a la familia, «que se fundamenta en el consentimiento matrimonial, en la complementariedad y la reciprocidad entre un hombre y una mujer, abiertos a la procreación y educación de los hijos».
La CNBB resalta, entretanto, ser contra todo tipo de discriminación y violencia. «Las personas que sienten atracción sexual exclusiva o predominante por el mismo sexo son merecedoras de respeto y consideración», continúa el comunicado.
La nota critica también que la decisión sobre el tema haya sido tomada por el STF, y no por el Congreso Nacional, donde, según el Episcopado, sería el foro adecuado para tal. «Nos preocupa ver los poderes constituidos sobrepasar los límites de su competencia, como sucedió con la reciente decisión del Supremo Tribunal Federal».
Vea a continuación el comunicado íntegro de la CNBB:
«Nosotros, Obispos del Brasil en Asamblea General, en los días 4 al 13 de mayo, reunidos en la casa de nuestra Madre, Nuestra Señora de Aparecida, nos dirigimos a todos los fieles y personas de buena voluntad para reafirmar el principio de la institución familiar y aclarar respecto a la unión estable entre personas del mismo sexo. Saludamos a todas las familias de nuestro País y las alentamos a vivir fiel y alegremente su misión. Tan grande es la importancia de la familia, que toda la sociedad tiene en ella su base vital. Por eso es posible hacer del mundo una gran familia.
La diferencia sexual es originaria y no mero producto de una opción cultural. El matrimonio natural entre el hombre y la mujer así como la familia monógama constituyen un principio fundamental del Derecho Natural. Las Sagradas Escrituras, a su vez, revelan que Dios creó el hombre y la mujer a su imagen y semejanza y los destinó a ser una sola carne (cf. Gn 1,27; 2,24). Así, la familia es el ámbito adecuado para la plena realización humana, el desarrollo de las diversas generaciones y constituye el mayor bien de las personas.
Las personas que sienten atracción sexual exclusiva o predominante por el mismo sexo son merecedoras de respeto y consideración. Repudiamos todo tipo de discriminación y violencia que hiere su dignidad de persona humana (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 2357-2358).
Las uniones estables entre personas del mismo sexo reciben ahora en nuestro País reconocimiento del Estado. Tales uniones no pueden ser equiparadas a la familia, que se fundamenta en el consentimiento matrimonial, en la complementariedad y la reciprocidad entre un hombre y una mujer, abiertos a la procreación y educación de los hijos. Equiparar las uniones entre personas del mismo sexo a la familia no caracteriza su identidad y amenaza la estabilidad de la misma. Es un hecho real que la familia es un recurso humano y social incomparable, además de ser también una gran benefactora de la humanidad. Ella favorece la integración de todas las generaciones, da amparo a los enfermos y ancianos, socorre a los desempleados y personas portadoras de deficiencia. Por tanto tienen el derecho de ser valorizada y protegida por el Estado.
Es atribución del Congreso Nacional proponer y votar leyes, involucrando al gobierno para garantizarlas. Nos preocupa ver los poderes constituidos sobrepasar los límites de su competencia, como sucedió con la reciente decisión del Supremo Tribunal Federal. No es la primera vez que en Brasil ocurren conflictos de esta naturaleza que comprometen la ética en la política.
La institución familiar corresponde al designio de Dios y es tan fundamental para la persona que el Señor elevó el Matrimonio a la dignidad de Sacramento. Así, motivados por el Documento de Aparecida, nos proponemos a renovar nuestro empeño por una Pastoral Familiar intensa y vigorosa.
Jesucristo Resucitado, fuente de Vida y Señor de la historia, que nació, creció y vivió en la Sagrada Familia de Nazaret, por la intercesión de la Virgen María y de San José, su esposo, ilumine al pueblo brasileño y sus gobernantes en el compromiso por la promoción y defensa de la familia».
Aparecida (SP), 11 de mayo de 2011
Mons. Geraldo Lyrio Rocha
Presidente de la CNBB
Arzobispo de Mariana – MG
Mons. Luiz Soares Vieira
Vicepresidente de la CNBB
Arzobispo de Manaos – AM
Mons. Dimas Lara Barbosa
Secretario General de la CNBB
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