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Ciudad del Vaticano (Lunes, 16-05-2010, Gaudium Press) La fe nace y madura cuando se escucha y se sigue al Señor en la propia vida cotidiana. En el Domingo del Buen Pastor y en la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, el Papa Benedicto XVI pidió ayer a los fieles, durante la oración mariana del Regina Coeli por el cuarto domingo de Pascua, que oren por las nuevas vocaciones sacerdotales y por los obispos -incluyendo al Papa, obispo de Roma-, párrocos y todos los ministros de la Iglesia.
«Solo quien está atento a la voz del Señor es capaz de evaluar en la propia consciencia las justas decisiones para actuar según Dios», afirmó el Papa, resaltando la importancia de la familia «sana y fortalecida por el espíritu de fe, caridad y piedad», para el crecimiento y madurez de las nuevas vocaciones al sacerdocio. Al recordar su Mensaje por la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, Benedicto XVI dijo que la vocación se cumple cuando se sale «de la propia voluntad cerrada y la propia idea de autorrealización para sumergirse en otra voluntad, aquella de Dios, dejándose guiar por esta».
«También en este tiempo -continuó el Pontífice-, en el cual la voz del Señor corre el riesgo de ser sumergida en medio a tantas voces, toda la comunidad eclesial es llamada a promover y cuidar de las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Los hombres, de hecho, precisan siempre de Dios, también en nuestro mundo tecnológico, y habrá siempre necesidad de Pastores que anuncien su Palabra y hagan encontrar al Señor en los Sacramentos».
Como ejemplos a ser seguidos, Benedicto XVI citó, además del nuevo Beato Papa Juan Pablo II, también a Mons. Georg Häfner, beatificado hoy, mártir en el campo de concentración de Dachau, en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial; y a Mons. Giustino Maria Russolillo, fundador de la Sociedad de las Divinas Vocaciones, proclamado beato el sábado 7 de mayo, en Pozzuoli, Italia. «¡Agradezcamos al Señor para que no falten santos sacerdotes en Su Iglesia!».
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