domingo, 05 de mayo de 2024
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Conferencia Episcopal de Chile interviene en debate energético medioambiental haciendo un llamado a evitar posturas "confrontacionales" y avanzar hacia un "diálogo serio, abierto e informado"

Santiago (Jueves, 19-05-2011, Gaudium Press) Tras la aprobación el pasado 9 de mayo del proyecto para construir cinco represas hidroeléctricas en la región de Aysén, sur de Chile, por parte de las empresas Colbún y Endesa y las multitudinarias protestas en rechazo que han surgido a lo largo de todo el país; el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) dio a conocer ayer una declaración en la cual hacen un fuerte llamado al «diálogo serio, abierto e informado, evitando posturas confrontacionales, procurando un sano discernimiento para la acción y el compromiso ciudadano en un ámbito que nos interpela a todos».

El documento titulado «Cuidemos los dones de la Creación» fue dado a conocer en conferencia de prensa por el portavoz de la CECh, Jaime Coiro, y representa una respuesta de la Iglesia ante los últimos acontecimientos que ha suscitado el mencionado proyecto. En dicho contexto, los pastores instan a tomar e interpretar las decisiones de la institucionalidad medioambiental desde el bien común y no desde los intereses particulares.

«Una decisión basada sólo en intereses económicos es éticamente inaceptable y deplorable porque constituye una mezquina burla de la sociedad. Por el contrario, una respuesta humanizadora al desafío energético requiere un diálogo en el que todas las personas y comunidades, especialmente los más involucrados y afectados por las iniciativas, puedan participar y sus opiniones sean tenidas en cuenta para las decisiones que les afectan», expresaron.

Los obispos manifestaron también su conciencia sobre la escasez de los recursos, especialmente los energéticos, sin embargo, reafirman que la solución no parte exclusivamente desde la técnica, sino también desde una respuesta ética.

«El dilema que presenta un proyecto energético es cómo compatibilizar el respeto por el medio ambiente -como un hogar humanamente habitable para todos- con la creciente demanda por la energía. Este dilema es fundamentalmente ético porque implica decisiones que afectan, a corto y largo plazo, la calidad de vida de todo un país», señalaron.

Progreso y ciencia

Otro tema destacado en la declaración es la trascendencia de reflexionar como país sobre el tipo de desarrollo que quieren los chilenos y en este proceso, abrir las instancias para que la ciudadanía pueda expresarse y participar activamente en la toma de decisiones tan relevantes, especialmente cuando ellas afectan el medioambiente y la biodiversidad natural.

Ante esto agregaron: «El progreso, o es sostenible o no es progreso. En efecto, la Iglesia no concibe al desarrollo sin considerar la sostenibilidad medioambiental. Así pues, antes de afirmar la creciente demanda por energía como requisito para el progreso, es preciso abordar un proceso como país para construir en conjunto un modelo de desarrollo».

Asimismo, enfatizaron en la importancia de replantearse la finalidad de la técnica desde los desafíos humanos más profundos, como un medio valioso al servicio de la dignidad de los hombres y de aquellos fines superiores a los que está llamado.

«La respuesta técnica tiene que ser pensada desde la finalidad humana, como un medio que responde a un fin que la justifica y le da sentido. La ciencia sin conciencia constituye una verdadera amenaza para el bien común de la sociedad. De allí que el derecho al agua y a un medio ambiente no contaminado son reconocidos como derechos humanos fundamentales, que brotan de la dignidad de las personas, fruto de su condición de hijos e hijas de Dios», expresaron.

¿Cómo no va a alegrarse Dios Padre con el progreso de su querida humanidad, con tal que sea auténticamente humano e incluya a todos?

Los Obispos de Chile finalizaron su declaración reafirmando que estas políticas exigen el máximo cuidado porque tienen directa relación con la Creación, que es un don de Dios, y de la cual todos somos sus administradores. «¿Cómo no va a alegrarse Dios Padre con el progreso de su querida humanidad, con tal que sea auténticamente humano e incluya a todos?», se preguntaron.

Citando la encíclica de Su Santidad Benedicto XVI, «Caritas in Veritate», culminaron diciendo: «Hoy se puede mejorar la eficacia energética y al mismo tiempo progresar en la búsqueda de energías alternativas. Pero es también necesaria una redistribución planetaria de los recursos energéticos, de manera que también los países que no los tienen puedan acceder a ellos.» (Caritas in Veritate 49).

Gaudium Press / Igor Roco

 

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