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Ciudad de México (Viernes, 20-05-2011, Gaudium Press) A menos del mes de haber sido beatificado Juan Pablo II, México ha acelerado la carrera para que muy pronto el Beato Polaco sea llamado Santo. Por lo menos esto es lo que busca la Arquidiócesis de Ciudad de México, quien está invitando a todos los fieles y devotos del Papa Wojtyla que hayan recibido favores, bendiciones y gracias por medio de su intercesión que den a conocer su testimonio.
Es así que hasta el último día del mes de agosto y través del «Buzón de la Gratuidad a Dios por la intercesión de Juan Pablo II», que será situado en la Catedral Metropolitana de Ciudad de México, en la Basílica de Guadalupe, en el Templo Expiatorio a Cristo Rey -que es la antigua Basílica de Guadalupe – y en la sede del Arzobispado de México, los devotos podrán depositar sus testimonios, que luego serán enviados la Causa de Santificación de Juan Pablo II.
Con esta propuesta, así como otras iniciativas que se han venido llevando a cabo desde la Arquidiócesis mexicana, se pretende honrar y colaborar con la Canonización de quien fue conocido también como «El Papa Mexicano», apelativo que recibió por el gran aprecio que Karol Wojtyla siempre demostró en las cinco visitas que realizó a México durante su pontificado.
«Es una ofrenda con la que el pueblo de México puede contribuir a la canonización de Juan Pablo II, quien siempre tuvo un especial cariño por nuestra gente y quien, desde el cielo, sigue abogando por cada uno de nosotros», es lo que dice sobre esta iniciativa la hermana Ruth Araceli Guardado Enríquez, de la Congregación Siervas de María, quien fue citada por el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME).
Con esta propuesta el país azteca aspira a que el milagro que hace falta para que Juan Pablo II sea definitivamente elevado a los altares provenga de México.
Solo falta un milagro
Precisamente, una vez beatificado Juan Pablo II, solo queda la comprobación de otro milagro por la intercesión del beato para que el Papa Polaco llegue a ser Canonizado. Este, de ser comprobado como tal, debió o debe suceder luego de su beatificación, la cual tuvo lugar el pasado 1º de mayo.
Tal como ocurrió con la hermana Marie Simón Pierre, religiosa que padecía Parkinson y fue curada milagrosamente por la intercesión de Juan Pablo II -cuyo milagro fue comprobado e hizo posible la beatificación de Wojtyla-, dependiendo de la rapidez con que se compruebe el testimonio de otro milagro, que pasa por un minucioso estudio, podrá Juan Pablo II convertirse en lo que ya es para muchas personas del mundo: un Santo.
Con información del Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME).
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