Más de 110 seminaristas mayores completaron sus estudios este año en China

Beijing (Miércoles, 22-06-2011, Gaudium Press) Aún en medio de la difícil situación por la que atraviesa la Iglesia en China, que muchos califican de ‘persecución’, los milagros de la gracia son palpables: Sacerdotes que perseveran en afirmar a Cristo en medio de torturas, obispos que ocultos en la Iglesia del silencio gobiernan sus diócesis en prudencia y sabiduría, conversiones numerosas y constantes…

Sin lugar a dudas otro de esos milagros es la culminación de estudios filosóficos y teológicos, en la clausura del año académico, más de 100 seminaristas chinos, según reporta la agencia de las Pontificias Obras Misioneras – Fides.

La relación de ciudades y diócesis de estos nuevos graduados es la siguiente: 26 del Seminario Mayor de He Bei, 4 del Seminario Mayor en Beijing, 14 del Seminario Mayor de She Shan en Shanghai, 14 del Seminario Mayor de Shaan Xi, 24 de el Seminario Mayor Regional de Si Chuan, 19 del Seminario Mayor Regional Sur Central de China, 9 del Seminario Mayor de Shen Yang.

Entre varias otras anécdotas maravillosas vividas en las celebraciones por las graduaciones, se destaca la habida en el seminario de He Bei el lunes, en la solemne ceremonia de clausura. El obispo de la diócesis de Jing Xian, allí se hallaba presente.

Uno de los 26 seminaristas mayores que recibieron su Bachillerato de manos del prelado era el hijo de una humilde campesina, viuda, que había tenido un solo hijo que ella había criado sola.

Cuando a los 16 años el único fruto de sus entrañas, y ciertamente su sostén, le dijo resueltamente que quería hacerse sacerdote, la única preocupación de la mujer fue que ese deseo no brotase como un impulso meramente emocional, por lo que en los días siguientes dedicó sus oraciones a pedir a Dios que su hijo fuese digno de la llamada divina.

Pero Dios escuchó sus preces. En el momento en que, en la ceremonia de graduación, «ella tomó el certificado de Bachillerato de su hijo, con sus arruinadas manos debido al duro trabajo del campo, su primer pensamiento fue dar gracias a Dios por la vocación de su hijo», según relata Fides. Un verdadero cuadro de antología, que no es el único en esas tierras de oriente.

Por lo demás, a la ceremonia en He Bei fueron muchos otros padres de seminaristas, que ayudaron a crear un ambiente de gozo y gran expectativa por el futuro ministerial de los jóvenes.

Gaudium Press / S.C.