Con una solemne eucaristía Iglesia de Santiago de Chile oró por el eterno descanso de los 21 fallecidos en la Isla Juan Fernández

Santiago (Miércoles, 07-09-2011, Gaudium Press) El lunes 5 de septiembre, se efectuó en la Catedral Metropolitana una Solemne Eucaristía por el eterno descanso de las 21 víctimas del accidente aéreo en la Isla Juan Fernández. La ceremonia, cargada de numerosos signos y muestras de afecto, fue encabeza por el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati.

Mons. Ezzati en su homilía

Concelebraron el oficio religioso, el Obispo Castrense, monseñor Juan Barros; el Obispo de Valparaíso, monseñor Gonzalo Duarte; el Obispo Auxiliar de Santiago, monseñor Cristián Contreras; el Deán de la Catedral, monseñor Juan Suárez, y una veintena de sacerdotes y diáconos.

Entre las autoridades que concurrieron se encontraban el Presidente Sebastián Piñera y su esposa; ministros de Estado, numerosos funcionarios de Televisión Nacional de Chile (TVN) encabezados por su director ejecutivo, Mauro Valdés; una delegación de la Fuerza Aérea de Chile (FACh), presidida por el comandante del Comando de Combate, general de aviación Luis Ili Salgado, y representantes de la Comisión Nacional de la Cultura y las Artes y de la Fundación Levantemos Chile.

Un momento especial y de mucho recogimiento se vivió al comienzo de la liturgia cuando delegados de las instituciones en que trabajaban las víctimas se acercaron al altar para prender un cirio por cada uno de los miembros de la tripulación de la aeronave, cuya imágenes se encontraban a los pies del cirio pascual.

«Una cultura de las solidaridad, del don de sí, del compromiso por el bien de todos»

Antes de iniciar su homilía, monseñor Ezzati dio lectura de las palabras enviadas por el Papa Benedicto XVI manifestando sus condolencias y oración por el alma de los 21 chilenos. Luego, el prelado expresó a todos los familiares y asistentes la solidaridad de la Iglesia de Santiago en estos difíciles momentos, deseando especialmente que «Dios sea para todos esa caricia amorosa de Padre, que nos consuela y que nos llena el corazón de esperanza».

Refiriéndose a la labor generosa de quienes se dirigían a la isla, el obispo resaltó que más allá de las convicciones religiosas de cada uno de los fallecidos, todos ellos encarnaron en su paso por esta tierra el ideario cristiano de servicio y amor al prójimo por sobre, incluso, la propia vida, transformándose en un verdadero signo de la gratuidad de Dios.

«Han fallecido mientras intentaban realizar un proyecto de solidaridad, de amor, de fraternidad, de don (…) ¡Qué mensaje tan necesario para nuestra convivencia y qué testimonio tan hermoso nos han dado estos hermanos y hermanas que han fallecido realizando un gesto de servicio! «, dijo.

Y agregó: «Estos hermanos nos dicen que la cultura de la solidaridad y del amor es posible de alcanzar, que esto no es una utopía, que es un sueño posible, para hacer de Chile un país grande, un país justo, un país de hermanos. Y nos dicen también que el sacrificio, el don de sí, es parte de la realización de este proyecto».

Terminada la misa, el Arzobispo de Santiago presidió un responso por el eterno descanso de las 21 víctimas del accidente aéreo. Al retirarse saludó a las autoridades presentes y en forma muy cálida a los familiares y compañeros de los fallecidos, quienes también recibieron innumerables gestos de cariño a las afueras del templo.

Gaudium Press / Igor Roco