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Ciudad de México (Lunes, 25-09-2011) En su homilía dominical en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, el Cardenal Norberto Rivera Carrera exigió respeto a la persona humana en privado y en público y condenó enérgicamente la práctica del aborto señalando que «el aborto no es nunca una solución».
El Cardenal Rivera afirmó: «Queremos acompañar a las mujeres que se encuentran enfrentando un embarazo difícil para acoger el don de la maternidad, y la Iglesia está organizada para salir al encuentro de esas mujeres que realmente tienen estas dificultades».
Recordó a los presentes que, la semana pasada, la Conferencia del Episcopado Mexicano declaró que «no se puede tolerar la supresión de la vida humana por las diversas técnicas abortivas, no es lícita la supresión de la vida de los seres humanos aunque esta se lleve a cabo en períodos iniciales», y condenó las diversas técnicas a través de las cuales se realizan los abortos y que colocan la vida humana como un «producto mercantil».
«El niño siempre será un don y nunca el derecho de nadie, éste tiene una dignidad personal única e irrepetible, por lo que las ayudas técnicas a la procreación deben respetar siempre esta verdad, evitando sustituir la lógica del amor por la lógica de la reproducción, como si el ser humano fuera un producto del mercado», subrayó.
De igual manera, dijo que las Iglesias Ortodoxa, Pentecostal, Anglicana y Evangélica coinciden en destacar el valor de la vida humana y por lo tanto, en conjunto con la Iglesia Católica, se oponen contundentemente a la manipulación de embriones humanos por el simple hecho de iniciar su existencia.
El Arzobispo Primado de México señaló, en el marco de una decisión histórica que podría despenalizar el aborto en México, que «la violencia del país inicia en el desprecio de la vida desde su inicio».
Señaló que cada persona puede elegir entre el bien y el mal, debiendo asumir su propia responsabilidad, sin culpar de sus propias decisiones a otras personas, a ambientes, a presiones sociales o a realidades que puedan condicionarlo.
Con información de SIAME – Arquidiócesis de México
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