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Lima (Lunes, 31-10-2011, Gaudium Press) Mañana martes 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, será una ocasión aún más especial en Lima. Allí, por las calles de la señorial capital peruana, la venerada imagen del Señor de los Milagros saldrá por última vez en el año en su tradicional recorrido procesional donde impartirá bendiciones a los miles de fieles que la acompañarán en su paso.
El Cardenal Juan Luis Cipriani iniciará las celebraciones con una tradicionalmente multitudinaria Misa en los exteriores del Santuario de las Nazarenas al mediodía.
De esta manera, a partir de las 11:30 am la venerada efigie del Señor de los Milagros saldrá del interior del Santuario de las Nazarenas en hombros del Directorio General de la hermandad, así como capataces, y los hermanos cargadores, acompañados por los grupos de las sahumadoras y cantoras.
En su recorrido hará una estación en la puerta principal de la Hermandad del Señor de los Milagros, donde el Directorio General, las diferentes cuadrillas, los grupos de sahumadoras, cantoras, los hermanos honorarios, y los hermanos en general de la hermandad le harán un homenaje de despedida, tras lo cual ingresará al Monasterio de las Madres Nazarenas Carmelitas Descalzas, donde permanecerá «Nuestro Divino Patrón el Señor de los Milagros», hasta los recorridos del próximo año.
Los inicios de la devoción
Alrededor del año 1650, unos negros angolas pertenecientes a la cofradía del barrio de Pachacamilla, en Lima, Perú, pintaron en uno de los muros del galpón donde se reunían, y donde quizá también habitaban, la imagen de un Cristo crucificado. En este lugar, hoy en día se erige el Monasterio de las Nazarenas, casa del Señor de los Milagros, llamado también de la Santa Cruz, pues en 1674 se pintó una cruz como símbolo de protección, ante las amenazas de invadir Lima del pirata Jacobo L´Hermite Clerk.
Un 13 de noviembre del año 1655 un poderoso terremoto sacudió la ciudad de Lima sin causar daños ni al muro ni a la imagen del Cristo crucificado pintada en él por los angolas.
Este hecho prodigioso fue el que dio comienzo al culto popular al Señor de los Milagros, propagándose rápidamente entre la feligresía local.
Con información de la Oficina de Comunicaciones del Arzobispado de Lima
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