"Ha sido una hermosa expresión de fe", dijo Arzobispo de Santiago tras celebración del Señor de los Milagros en Chile

El Arzobispo de Tacna se dirige a los fieles en la Catedral de Santiago

Santiago (Miércoles, 02-11-2011, Gaudium Press) Como ya es tradición desde hace algunos años, cientos de fieles se congregaron este domingo 30 de octubre en la Catedral Metropolitana de Santiago para ser partícipes de la celebración del Señor de los Milagros, hermosa manifestación de religiosidad popular típica de Perú y que se ha ido manifestando con mayor intensidad gracias a la fidelidad y cariño de los migrantes que han arribado al país.

Ya desde temprano las casaquillas moradas de los devotos se hicieron notar entre los transeúntes y poco a poco fueron repletando los escaños del principal templo capitalino. Al mediodía, el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati llegó acompañado del Obispo de Tacna, monseñor Marco Antonio Cortés, para presidir la eucaristía con que se dio inicio a la festividad.

«Con mucha alegría acogemos a cada uno de ustedes. Uno de los dones más grandes de América Latina es la fe de nuestros pueblos en Jesucristo. Y esta expresión religiosa del Señor de los Milagros ha sido un gran regalo para nuestra Iglesia de Santiago. Hermanos de Chile y Perú se han encontrado en la fe en Jesucristo. Este es un signo de amor a Él, es un signo de comunión eclesial y un signo de fe», manifestó en su mensaje de bienvenida monseñor Ezzati.

Mons. Ezzati encabeza la procesión a la salida de la Catedral

Por su parte, monseñor Marco Antonio Cortés agradeció durante la homilía la acogida que la Iglesia chilena ha brindado a los migrantes peruanos y sus expresiones religiosas. Junto a lo anterior llamó a los fieles presentes a renovar su fe en Jesucristo porque Él es el camino, la verdad y la vida. «Renovemos en esta santa eucaristía nuestro compromiso de salir también nosotros al encuentro del Señor Jesús. Qué esta celebración nos reanime en la esperanza y nos fortalezca en el amor», dijo.

Tras la eucaristía se dio inicio a la procesión por las céntricas calles de la capital y cuyo punto de partida fue el atrio de la Catedral, ocasión en que la Hermandad y otras cofradías religiosas rindieron un solemne homenaje a la imagen del Señor de los Milagros a través de bailes típicos y festivos cantos de adoración.