sábado, 18 de mayo de 2024
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"La Universidad debe ser uno de los factores más significativos de la trasformación de la sociedad": Director del Departamento de Justicia y Solidaridad del Celam

Bogotá (Miércoles, 09-11-2011, Gaudium Press) En Bogotá, en la sede de la Conferencia Episcopal Colombiana, ha sido lanzado hoy el libro «Enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia en la Universidad – Guía del Profesor», documento realizado por la Fundación española Pablo VI, bajo la tutoría del departamento de Justicia y Solidaridad y del departamento de Cultura y Educación del Consejo Episcopal Latinoamericano – Celam, y con el apoyo de la fundación Konrad Adenauer, el cual busca ser una guía para la enseñanza de la doctrina social de la Iglesia en la Universidad.

DSC01298.jpg«Los Desafíos actuales en América Latina y el Mundo», «Los Cristianos ante los Desafíos sociales», Principios y Valores de la Doctrina social de la Iglesia», «La Ecología y el Ambiente», «La Economía y la Doctrina Social de la Iglesia», «La Política y la Doctrina Social de la Iglesia», «La Cultura y la Doctrina Social de la Iglesia», son los títulos de los capítulos de esta Guía de Estudio, que se presenta en el Curso-Taller que se está desarrollando en Bogotá con la asistencia de delegados del ámbito universitario católico de toda América Latina.

El P. Fernando Puentes subdirector de la fundación Pablo VI, y coordinador del equipo de redacción de la Guía, manifestó su profundo agradecimiento a todas las personas que hicieron posible la obra, la cual, según afirma el Celam, «enriquecerá la formación de los universitarios, los futuros líderes inmediatos, con conocimientos, valores y actitudes que van a implementar en los ámbitos de la empresa, la producción, la investigación, la política y los medios de comunicación para la transformación y humanización que todos necesitamos».

«La universidad tiene que crear nuevos conocimientos y ponerlos a disposición de la comunidad científica (…) también es cierto que la universidad no puede limitarse a ser un mero reflejo de la sociedad existente. La Universidad debe ser uno de los factores más significativos de la trasformación de la sociedad. (…) En esta perspectiva tiene todo su sentido la formación en Doctrina Social de la Iglesia», afirmó el Padre Puentes.

«No nos debe intimidar la complejidad de la sociedad. (…) Hay que mostrar proféticamente la novedad que representa el cristianismo en las vidas de nuestras sociedades. Creo que todo ello nos da fundamento para presentar la Guía de la Doctrina Social de la Iglesia», continuó el sacerdote español.

El documento tiene un carácter abierto y flexible -según el subdirector de la fundación Pablo VI- teniendo en vista la pluralidad de los ámbitos locales y realidades diversas que nos atañen. La metodología que inspira al curso es muy adaptativa a cada realidad. Es una obra que fue construida con base en la interdisciplienariedad. Ha sido elaborada por un equipo base de 8 profesores de la Universidad de Salamanca, que trabajan en distintos estamentos de la universidad y desde diversas profundizaciones.

Por su parte, Mons. Pedro Barreto, presidente del Departamento de Justicia y Solidaridad del Celam, recordó la rica tradición magisterial de doctrina social católica desde la Rerum Novarum de León XIII, pasando por la Mater et Magistra del Beato Juan XXIII, la Populorum Progressio de Pablo VI, hasta la Caritas in Veritate del Papa reinante.

«La doctrina social de la Iglesia debe ser un aliento para la acción como decía el Beato Juan Pablo II en su encíclica Centesimus Annus», recordó Mons. Barreto. «La doctrina social de la Iglesia es un aliento para la solidaridad y para la acción eficaz de la Iglesia», recalcó.

«Un aspecto fundamental de nuestra misión es poner en práctica la vida de Jesús. (…) La Iglesia en su conjunto nos convoca a todos para aportar esta gran riqueza que brota del evangelio de Jesucristo a la sociedad». Mons. Barreto expresó también, la inclusión dentro de la lucha por la difusión de la doctrina social de la Iglesia, de aquello que constituye uno de los irrenunciables del Papa, y que se puede resumir en lo que Juan Pablo II llamaba la ‘Cultura de la Vida’: «La doctrina social de la Iglesia y los signos de los tiempos nos demandan poner en primer lugar la cultura de la vida. Es la defensa de la vida de su inicio hasta su término natural».

«Hay una presión de los ‘lobbys’ internacionales en contra de la vida y de la familia. La doctrina social de la Iglesia no puede estar encadenada a ellos. Pero hay también un encadenamiento interno, en la Iglesia, que es el desconocimiento interno que hay del magisterio al interior de la Iglesia», afirmó Monseñor. El presidente del Departamento de Justicia y Solidaridad del Celam dijo también que Aparecida invita a que el sistema económico actual incluya los valores de la doctrina social de la Iglesia y que Benedicto XVI reclama constantemente una ética económica de la solidaridad.

Un histórico del documento

Por su parte el Sr. Olaf Jacob, Director del Programa Regional de Políticas Sociales de la Fundación Konrad Adenauer, hizo un histórico de la preparación del documento. Comentó que hace 5 años el Cardenal Renato Martino, entonces presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, se reunió con empresarios ecuatorianos, para conversar sobre el tema de la inclusión social, entre otros. Ellos llegaron a la conclusión que las élites políticas de América Latina eran afectados por un desencuentro de lo que ocurría verdaderamente en sus países y sus concepciones sobre los pueblos latinoamericanos.

Se vio pues la necesidad de que los políticos, dirigentes y empresarios tuviesen un conocimiento más exacto de sus realidades. Y también se llegó a la conclusión de que era necesario que los jóvenes -particularmente los educados en las universidades católicas- tuvieran una formación con sentido social, para que cuando llegaran a la dirigencia lo hicieran con espíritu comunitario.

Se fue estableciendo una metodología para impartir esos cursos sobre Doctrina Social de la Iglesia, y en la chilena Universidad Alberto Hurtado se desarrolló un curso piloto: cuáles ideas se deberían tratar, en qué secuencia, cómo reaccionan los jóvenes ante un curso de este tipo, fueron algunas de las variables analizadas.

En Santiago de Chile se hizo también una consulta a los diversos partidos políticos, sobre que considerarían ellos serían necesario transmitir a los jóvenes en un curso de doctrina social de la Iglesia.

También, a través de la Organización de Universidades Católicas de América Latina – Oducal, se tuvo un contacto con las diversas universidades católicas para la configuración de ese proyecto. Las universidades católicas serán aquellas que tendrán la misión pues de llevar adelante ese curso, para así ofrecer elementos útiles a los muchachos que estudian en sus claustros latinoamericanos, de manera que ellos cómo dirigentes, ayuden de forma cristiana y comprometida con sus particulares situaciones locales y nacionales.

Gaudium Press / S. C.

 

 

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