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México, Distrito Federal (Lunes, 21-04-2012, Gaudium Press) Con la presencia de más de 5000 personas, en un ambiente colmado de alegría y bendición, el Cardenal Angelo Amato S.D.B., Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos y enviado de su santidad Benedicto XVI, presidió en la Basílica de Guadalupe la ceremonia de beatificación de la Madre María Inés Teresa Arias del Santísimo Sacramento.
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| Aspecto de la ceremonia de beatificación |
La ceremonia fue concelebrada por el Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Mons. Carlos Aguiar Retes, el nuncio apostólico Christophe Pierre, además de 33 obispos y decenas de sacerdotes llegados de diversas partes del mundo.
La misa de beatificación, que comenzó en punto de las 11 de la mañana, fue amenizada por el coro conformado por las Hermanas Clarisas del Santísimo Sacramento, quienes entonaron varias canciones compuestas a partir de los escritos y lemas de su fundadora, además de música sacra tradicional en latín, español y japonés.
En la Basílica se podía apreciar una gran cantidad de delegaciones venidas de los países donde las Clarisas del Santísimo Sacramento y los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal llevan a cabo su labor. Gente vestida con el tradicional Kimono japonés, o con trajes rusos o hindúes se veían en distintos puntos del recinto, siguiendo la ceremonia con gran recogimiento y alegría.
Rito de Beatificación
Tras leer una biografía breve pero rica en espiritualidad y amor a Dios y al prójimo, la Hermana Silvia Búrnes Sánchez, postuladora de la causa, cedió la palabra al Sr. Obispo de Cuernavaca, Mons. Alfonso Cortés.
Mons. Alfonso Cortés presentó de la siguiente manera la solicitud oficial de beatificación: «Eminencia Reverendísima pido humildemente a Su Santidad el Papa Benedicto XVI que se digne inscribir en el número de los Beatos a la Venerable Sierva de Dios, María Inés Teresa del Santísimo Sacramento, Fundadora de las Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento y de los Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal».
Paso siguiente, su eminencia, el Cardenal Amato dio lectura a la carta en la que Su Santidad Benedicto XVI inscribe a la Madre María Inés en el libro de los beatos.
Carta Apostólica de Su Santidad Benedicto XVI
» Nos, acogiendo el deseo de Nuestro Hermano Alfonso Cortés, Obispo de la Diócesis de Cuernavaca, así como de otros muchos hermanos en el Episcopado y de numerosos fieles, después de haber consultado el parecer de la Congregación de las Causas de los Santos, con Nuestra Autoridad Apostólica, concedemos que la Venerable Sierva de Dios, María Inés Teresa del Santísimo Sacramento… que unió al fervor de la contemplación de los divinos misterios el celo misionero del anuncio del Evangelio a todos lo hombres, de ahora en adelante pueda ser llamada Beata y que se pueda celebrar su fiesta en lugares y, según las normas establecidas por el Derecho, el 22 de junio de cada año.»
La carta fue fechada el 15 de Abril de 2012, día de la Divina Misericordia.
En respuesta a la gracia recibida, el Obispo de Cuernavaca, Mons. Cortés se dirigió en nombre de la Familia Inesiana al Cardenal Amato a quien solicitó transmitiera al Santo Padre su profunda gratitud.
Liturgia de la Palabra
Al finalizar el rito de beatificación, se llevó a cabo la liturgia de la palabra con un brillante y puntual sermón del Cardenal Amato, quien exaltó las virtudes la nueva Beata y comentó que «los Santos son la sonrisa de Dios».
La oración de los fieles fue realizada en italiano, inglés, japonés, indonesio, ruso, hindi y coreano por representantes de los países donde se encuentran algunas de las casas de los hijos espirituales de la Madre María Inés.
Tras recibir la bendición final, el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Privado de México se dirigió al Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y expresó su agradecimiento a Su Santidad y al Cardenal Amato por esta significativa ceremonia.
El Cardenal Rivera destacó tres fuentes de espiritualidad de la Madre María Inés «su amor… su devoción a Cristo Rey, a Cristo Eucaristía a Cristo Misericordioso; la tierna devoción que cultivó a Santa María de Guadalupe… y su espiritualidad misionera» en la cual compartió las dos características anteriores. Y continuó, «alabamos y damos gracias continuamente al Señor».
Finalmente, la Hna. Silvia Búrnes Sánchez expresó su alegría en un himno agradecimiento a «nuestro Dios tres veces Santo». También agradeció al Santo Padre, al Cardenal Amato, las Hermanas Clarisas Sacramentarias del Monasterio del Ave María, donde se formó la Madre María Inés como monja contemplativa, por haber apoyado a la nueva Beata a realizar la labor que Dios le encomendó. Y agregó: «somos conscientes de que el patrimonio espiritual recibido a través de ella, ya no nos pertenece únicamente a nosotros, sino que es para toda la Iglesia».
El cortejo episcopal fue despedido con un canto que rememora una frase de la Beata Madre María Inés: «Que todos te conozcan y te amen, es la única recompensa que yo quiero».
Gaudium Press / María del Carmen Sierra Torre
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