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Santo Domingo (Viernes, 01-06-2012, Gaudium Press) Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos responsables de la Pastoral de la Movilidad Humana de Estados Unidos, México, América Central y El Caribe, presentaron las conclusiones del 5º Encuentro Regional de Movilidad Humana, que se celebró en Santo Domingo, República Dominicana, del pasado lunes 28 de mayo, hasta el miércoles 30.
A través de un documento, con fecha del 30 de mayo, los participantes del encuentro evaluaron la respuesta que las iglesias particulares dan ante la problemática migratoria, y brindaron algunas orientaciones para la labor de la Pastoral de Movilidad Humana en los países presentes en el evento.
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| Entre los temas abordados durante el Encuentro, se habló sobre la problemática migratoria de Haití en la frontera con República Dominicana. |
Respecto a la realidad migratoria, señalan que les cuestiona la pobreza que sigue obligando a miles de personas a emigrar y buscar «fuera de su país el pan de cada día». Ante lo cual expresan que mientras este factor no se resuelva, pese a leyes migratorias, el flujo migratorio continuará con difíciles consecuencias para quienes dejan sus países de origen.
También hacen un llamado de atención por los constantes hechos de violencia contra migrantes que intentan el viaje a los Estados Unidos desde México, y países de América Central, condenando de modo particular la trata de seres humanos «que somete a esclavitud principalmente a niñas, niños y mujeres».
Igualmente, apelan para que se proteja a los agentes de pastoral, puesto que algunos han visto afectada su labor debido a leyes estatales que «atentan contra el derecho de la Iglesia a servir a los migrantes». Sobre este aspecto agregan: «Es urgente denunciar las amenazas, las agresiones y la persecución contra los agentes de pastoral-defensores de Derechos Humanos de las personas migrantes».
Más adelante, hacen referencia a la situación de migración de Haití: «Seguimos profundamente preocupados por la situación de la población haitiana. Después de dos años y medio del terremoto, la nación lucha por recuperarse de la devastación y expandir su economía y su capacidad para proporcionar una vida con dignidad para su pueblo».
Pese al panorama «poco positivo» evaluado por los participantes del Encuentro de Movilidad Humana, ven como «signos de esperanza», que en medio de los sufrimientos Dios muestre «innumerables gestos y acciones de solidaridad», expresados en la atención que reciben los migrantes en las casas de acogida, así como las iniciativas de apoyo y acompañamiento a los migrantes, y el compromiso de los agentes de pastoral del migrante, quienes llegan hasta dar su vida por los otros.
Del mismo modo, siguiendo a Jesús -quien fue migrante perseguido en Egipto – los participantes del encuentro reafirman en el documento los valores y principios de su compromiso pastoral: «La dignidad de la persona humana, el derecho a la vida digna, el derecho a un nombre a una nacionalidad, el derecho intrínseco a la naturaleza humana a migrar libremente y sin violencia, a permanecer en su propio país, la práctica de la caridad que nos mueve a acoger al peregrino y al forastero».
Del mismo modo, se comprometen a «fortalecer el acompañamiento de los migrantes», a «instar a los gobiernos al reconocimiento del derecho humano a emigrar cuando así lo requieran las circunstancias», así como buscar una mayor sensibilización de la problemática en las comunidades cristianas y a «lograr una mayor articulación de todas las iniciáticas y acciones a nivel de las Conferencias Episcopales», entre otros compromisos.
Con información de la Conferencia del Episcopado Dominicano.
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