Castel Gandolfo (Miércoles, 08-08-2012, Gaudium Press) Así como hacía cuando era padre, arzobispo y cardenal, en agosto el Papa Ratzinger, en las audiencias generales, presenta la figura del santo del día y lo hace resaltando el aspecto de la vida de oración personal de cada uno y de su relación con Dios. Hoy de mañana, en el patio del Palacio de Castel Gandolfo, en presencia de 1.500 fieles, Benedicto XVI habló sobre Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de los Frailes Predicadores, padres dominicos.
Santo Domingo – Catedral de Mariana, Brasil |
«Santo Domingo fue un hombre de oración. Apasionado por Dios, no tuvo otra aspiración más allá de la salvación de las almas, en particular de aquellas que cayeron en las redes de la herejía de su tiempo». La oración fue para él «la fuerza que renovó y tornó cada vez más fecundas sus obras apostólicas», observó al inicio el Santo Padre.
Una característica de la propia vida de Santo Domingo, resaltada por el Papa como ejemplo para nosotros hoy, fue la capacidad de «integración armoniosa entre contemplación de los misterios divinos y actividad apostólica» que lo llevó a la profunda comunión con Dios. Santo Domingo no dejó ningún escrito sobre la oración, pero su modo de rezar fue resumido por un fraile dominicano en las «Nueve maneras de rezar de Santo Domingo». Siempre delante de Jesús Crucificado, de rodillas con gesto de humildad y penitencia, demostraba «un comportamiento corporal y espiritual que, íntimamente compenetrados, favorecen al recogimiento y el fervor». Él rezaba sin límites de tiempo incluso después de la recitación de la Liturgia de las Horas y después de la Misa.
Sobre el ejemplo del Santo, el Papa resaltó «la importancia de los comportamientos exteriores en nuestra oración»: el arrodillarse, el estar de pie delante del Señor, el fijar la mirada en el Crucifijo, el parar y recogerse en silencio que «no son secundarios, sino nos ayudan a colocarnos interiormente, con toda nuestra persona, en relación con Dios». Benedicto XVI invitó a los fieles a dar testimonio «en la familia, el trabajo, el empeño social y también en los momentos de distensión, está la oración». En el saludo en español agregó que «en la relación constante con el Señor se recibe la fuerza para vivir intensamente cada momento, y afrontar incluso las mayores dificultades». En el saludo en portugués, agregó que «la oración abre la puerta de nuestra vida a Dios; y en ella Dios nos enseña a salir de nosotros mismos para ir al encuentro de los otros, envolviendo a todos en la luminosa presencia de Dios que nos habita».
Cristo orante de Santa Gema Galgani |
Al final de la catequesis, el Santo Padre invitó a los fieles a «encontrar diariamente momentos para rezar con tranquilidad; será un modo también para ayudar a quien está próximo a entrar en el rayo luminoso de la presencia de Dios, que trae la paz y el amor que todos nosotros precisamos».
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