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Santa Cruz del Sur (Jueves, 03-01-2013, Gaudium Press) En su más reciente artículo, titulado «Bienaventurados los que promueven la Paz», Mons. Canísio Klaus, obispo de la diócesis de Santa Cruz del Sur, en el estado de Río Grande del Sur, Brasil, reflexiona sobre el primer día del año, fecha en que la Iglesia promueve el Día Mundial de la Paz, y sobre el habitual mensaje del Papa Benedicto XVI para la ocasión.
Según el obispo, la Iglesia estipuló el día 1º de enero como el Día Mundial de la Paz para manifestar su deseo de que el año que está iniciando, además de ser marcado por acciones en favor de la paz, también sea un año de paz. Por la importancia de la fecha, afirma Mons. Canísio, el Papa acostumbra escribir un mensaje destinado a los líderes y al pueblo. El mensaje de este año tiene por título: «Bienaventurados los obreros de la paz», esto es «Felices los que promueven la Paz».
El prelado resalta que el mensaje comienza con la siguiente afirmación: «Cada año trae consigo la expectativa de un mundo mejor. En esta perspectiva, pido a Dios, Padre de la humanidad, que nos conceda la concordia y la paz a fin de que puedan tornarse realidad las aspiraciones de una vida feliz y próspera. El deseo de paz corresponde a un principio moral fundamental, o sea, el deber/derecho de un desarrollo integral, social, comunitario, y esto forma parte de los designios que Dios tiene para el hombre. En verdad, el hombre está hecho para la paz, que es un don de Dios».
De acuerdo con el obispo, el Pontífice afirma en su mensaje que la paz envuelve al ser humano en su totalidad: «Es paz con Dios, viviendo conforme su voluntad; es paz interior consigo mismo, y paz exterior con el prójimo y con toda la creación. Ella implica en la construcción de una convivencia humana basada en la verdad, la libertad, el amor y la justicia. Depende, sobre todo, del reconocimiento de que somos, en Dios, una única familia humana. A partir de esta enseñanza, se puede deducir que cada persona y cada comunidad -religiosa, civil, educativa y cultural- está llamada a trabajar por la paz, que pasa por la implementación del bien común».
Para Mons. Canísio, el camino para la paz incluye el respeto a la vida humana, comenzando por la concepción, pasando por su desarrollo hasta el fin natural. El Papa Benedicto XVI también enfatizó en su texto que la vida en plenitud es el ápice de la paz, y por eso, quien desea la paz no puede tolerar atentados contra la vida.
Entre los diversos obreros de la paz, el Papa cita, en primer lugar, a la familia, uno de los sujetos sociales indispensables para la realización de una cultura de la paz. Es ahí que «nacen y crecen los obreros de la paz, los futuros promotores de una cultura de la vida y del amor», destaca el Pontífice. En segundo lugar están las comunidades cristianas, las escuelas, las universidades.
Conforme Benedicto XVI, de ellas se requiere una notable contribución no solo para la formación de nuevas generaciones de líderes, sino también para la renovación de las instituciones públicas nacionales e internacionales.
Al concluir su mensaje, el Papa dice: «Hay necesidad de proponer y promover una pedagogía de la paz. Pensamientos, palabras y gestos de paz crean una mentalidad y una cultura de la paz, una atmósfera de respeto, honestidad y cordialidad. Por eso es necesario enseñar a los hombres a amarse y educarse para la paz.
Incentivo fundamental será decir no a la venganza, reconocer los propios errores, aceptar las disculpas y, finalmente, perdonar».
Por último, Mons. Canísio espera que las conmemoraciones del año nuevo nos motiven a dedicar nuestra vida a la construcción de un mundo de paz y fraternidad. «Que María, la Madre de Dios, cuya fiesta fue celebrada el 1º de enero, nos ilumine en esta misión. Y que todos tengan un bendecido y feliz año 2013», finalizó el obispo.
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