La Iglesia aumenta sus esfuerzos por la libertad religiosa en el mundo

Roma (Jueves, 31-01-2013, Gaudium Press) El panorama de la libertad religiosa a nivel mundial sigue siendo un tema prioritario para la Iglesia. Los esfuerzos que la diplomacia vaticana realiza ante los gobiernos de todos los países y las instancias multilaterales buscan darle la libertad a los fieles de manifestar y vivir públicamente su fe. «En demasiados países, los cristianos no se les permite ningún signo de afiliación religiosa, excepto camuflada u oculta», denunció el Card. Angelo Bagnasco, Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. Tras recordar las miles de muertes de files en 2012, afirmó que la realidad «no puede dejar a nadie indiferente».

Card. Angelo Bagnasco

El también Arzobispo de Genoa comentó que las situaciones de violencia emergen en países con conflictos no resueltos, pero también en lugares donde no debería haber fuentes de tensión. «El nacionalismo racial está emergiendo en Asia y genera furia intolerante de manera periódica bajo los ojos distraídos de Occidente, que proclama los derechos humanos pero parece querer aplicarlos y demandarlos con diferentes parámetros», alertó.

«Tenemos una tensión creciente entre los gobiernos del mundo y la Iglesia porque hay mucho malentendido, y algunos ven a la Iglesia como una amenaza», afirmó a NCR el P. Cuong Pham, miembro del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos. el prelado indicó que el trabajo diplomático se concentra en llevar a los gobiernos «a conocer mejor la Iglesia , para que vean lo que se puede y lo que no se puede hacer».

«Varios países que no son amigables al cristianismo están aumentando el nivel de supervisión y control sobre la libertad religiosa», advirtió el Padre Pham. Según el sacerdote esta realidad no se circunscribe únicamente a Oriente sino que se da en países secularizados. «Los cristianos enfrentan un clima muy hostil en los Estados Unidos , la tierra de la libertad», expresó, con referencia a la controversia sobre las legislaciones impuestas a los católicos a pesar de contradecir su moral.

Sobre la acción local que muchas parroquias y comunidades pueden hacer para cambiar la situación, el Card. Bagnasco recomendó fomentar la unidad espiritual con los cristianos perseguidos, especialmente las víctimas de la violencia. «Aquellos que sufren y mueren por Cristo, lo hacen por nosotros, y son nuestros hermanos a pesar de la distancia que nos divide». Esta cercanía hace parte de la comunión de los miembros de la Iglesia y es una participación en la economía de la salvación de Dios. El prelado exhortó para que el martirio de los cristianos «aporte verdad y vigor a nuestro trabajo pastoral, hoy enfocado en re evangelizar las tierras que han conocido el Evangelio desde hace tiempo».

Con información de Catholic National Register y Asia News.