Pastoral Vocacional de Florianópolis, Brasil, promueve encuentros para jóvenes

Florianópolis (Jueves, 21-03-2013, Gaudium Press) La Pastoral Vocacional de la Arquidiócesis de Florianópolis, Brasil, realizó cuatro encuentros del Grupo de Orientación Vocacional Juan Pablo II en 2012, que contaron con la participación de jóvenes varones de diversas parroquias de la región. Este año, la pastoral ampliará esta experiencia con la organización de un grupo para chicas: el Grupo Vocacional Madre Teresa de Calcuta. 

Mons. Wilson Tadeu Jönck definió la actividad como una «búsqueda seria y programada» de discernimiento espiritual.

De acuerdo con la coordinación de la Pastoral Vocacional, los encuentros se destinan a adolescentes y jóvenes, con un mínimo de 12 años, que buscan hacer un camino de discernimiento vocacional. Se trata de un acompañamiento espiritual, que abarca el ámbito de las varias vocaciones (laical, matrimonial, sacerdotal, diaconal y religiosa).

Los grupos reúnen a los participantes durante un período de cuatro meses, para ayudarlos a ir en busca de la propia vocación, acompañados por un equipo de apoyo constituido por miembros de la Pastoral Vocacional y por formadores de los seminarios arquidiocesanos. La actividad busca también ofrecer una experiencia de profundización de la relación personal con Jesucristo y el conocimiento de los diversos caminos para alcanzar una vida cristiana madura.

En una ocasión, el propio Arzobispo metropolitano de Florianópolis, Mons. Wilson Tadeu Jönck, en una carta dirigida a los jóvenes, adefinió el alcance de este proyecto, que no debe ser entendido como¿un curso o una nueva etapa de catequesis, ni pretende dar soluciones para todas las dudas de la juventud. Según él, es antes que nada una experiencia de fe, en grupo, cuya finalidad es ayudar a buscar la voluntad de Dios en la propia vida, orientar la libertad y la elección del proyecto de vida de cada joven para servir al proyecto de Dios en el mundo.

«Se trata de una búsqueda seria y programada de modalidades personales a través de las cuales cada uno puede proyectar y vivir su vida a la luz del Evangelio. Y el medio para alcanzar esa finalidad es el discernimiento espiritual, quiere decir, un ejercicio de atención y escucha de la Palabra de Dios y del Espíritu Santo en la historia de cada uno, en clima de recogimiento y oración», destacó el prelado.