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Jerusalén (Lunes, 01-04-2013, Gaudium Press) La celebración de la Resurrección de Jesucristo tiene un carácter especial para la Iglesia en Tierra Santa, que conmemora los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección en los mismos Santos Lugares donde estos hechos tuvieron lugar hace casi dos mil años. El Patriarca Latino de Jerusalén, Mons Fouad Twal, así lo expresó en la Misa Solemne de la Resurrección del Señor, celebrada el pasado 31 de marzo en la Basílica del Santo Sepulcro, en Jerusalén. «Habéis venido, como Pedro y Juan, a ver la tumba vacía», expresó el Patriarca.
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| La solemne Eucaristía fue celebrada en torno al Santo Sepuclo donde Jesucristo resucitó. Foto: Patriarcado Latino de Jerusalén. |
El prelado destacó el hecho de la Resurrección de Jesús como el inicio de un tiempo nuevo en la historia de la salvación. «La tumba vacía, como la vemos acá hoy, es el inicio del camino de la fe. En esta oportunidad, nuestra fe se apoya en el testimonio de los apóstoles», expresó. El Patriarca recordó que es la certeza de la Resurrección el punto de apoyo de la fe cristiana, como lo describió San Pablo en su primera Carta a los Corintios.
Siendo Jesús Resucitado la fuente de la luz, los cristianos están invitados a «ser una luz para el mundo, a llevar la luz de la esperanza en medio de la violencia, el sufrimiento, las guerras y la injusticia», continuó Mons. Twal. «Él nos invita a llevar la luz de la fe en el centro de nuestra región del Medio Oriente, donde la cristiandad nació, donde nació la Iglesia Madre de Jerusalén, y donde nació cada cristiano».
La cruz de los cristianos en Medio Oriente
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| El Patriaca Latino de Jerusalén, Mons. Fouad Twal recordó a los cristianos la esperanza de la Resurrección en medio de la cruz de la violencia y la intolerancia en Oriente Medio. Foto: Patriarcado Latino de Jerusalén. |
El prelado recordó la difícil situación de los cristianos en Oriente Medio, especialmente en Siria, pero «también de todos los cristianos de Tierra Santa que están tentados a emigrar», de una forma similar a la que ha sido advertida por la Iglesia en otros países de la región, como es el caso de Irak. «Les digo de nuevo a todos ustedes que la fiesta de la Resurrección es una razón de esperanza en un mundo afligido por profundas tragedias,a menudo causadas por la violencia humana».
«Eso no significa que las cruces de nuestras vidas desaparezcan en Pascua», continuó el Patriarca. «Dios no vino a eliminarlas, sino para abrir un camino de esperanza en medio del sufrimiento, y él quiere abrirlo a nosotros todos los días». Sobre las difíciles circunstancias de vida para los cristianos, el Patriarca recordó que a la Resurrección sólo se llega a través de la Cruz, y que vivir como cristianos en Medio Oriente no es una opción sino una vocación.
«Desde la mañana de Pascua, la esperanza cristiana no conoce límites. La noche más oscura puede iluminarse por el victorioso de la tumba», concluyó el Patriarca Twal. «No son los países los que deben ser reconquistados, sino los corazones. Los corazones deben ser convertidos y educados en los caminos de la paz».
Con información del Patriarcado Latino de Jerusalén.
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