Estados Unidos (Lunes, 22-04-2013, Gaudium Press) Cerrar un templo parroquial es una decisión difícil que ha sido tomada en muchas diócesis de Estados Unidos. Los cambios demográficos y las condiciones actuales de la Iglesia en las diferentes regiones han impuestos a los Obispos exigentes reestructuraciones que generan una cuestión que exige una cuidadosa respuesta: ¿Qué hacer con el patrimonio de la Iglesia?. Una alternativa es ofrecida por el arquitecto Domiane Forte, de Santa Paula, California: «El primer y principal deber es que permanezca en la Iglesia».
Boceto del proyecto de construcción de la Capilla del Campus Dominico en Nashville. Imagen: Forte & Associates |
El informativo National Catholic Register destacó iniciativas que pretenden ofrecer un futuro digno a las obras de arquitectura y arte sacra creadas para el culto divino. El arquitecto Forte, en particular, ayudó a la comunidad de Hermanas Dominicas de Santa Cecilia en Nashville, Tennessee, a ubicar elementos existentes que pudieran ser empleados en su nueva capilla, que será construida para servir a tres escuelas.
Con la asistencia profesional del arquitecto, las religiosas recuperaron cinco notables mosaicos que representan Santos especialmente devotos de la Sagrada Eucaristía, que fueron elaborados para una parroquia de la Arquidiócesis de Boston, cerrada en 2006. Dos altares de extraordinaria calidad, tallados por Joseph Sibbel, y que representan a Nuestra Señora, Consuelo de los Afligidos, y la Muerte de San José, fueron recuperados también del mismo templo. «Dado que tenemos un fuerte enfoque provida para nuestras hermanas, ambas piezas son significativas para nuestra capilla», comentó a NCRegister la Hna. Catherine Marie, directora ejecutiva del The Dominican Campus.
La pieza más importante de la nueva capilla será un altar mayor y baldaquino que proviene de la centenaria Iglesia de Santa Ana, cerrada en 1990 en Lawrence, Massachusetts. Según afirmó la comunidad de Dominicas, con la ayuda de una fundación se financió el traslado de las piezas que están almacenadas actualmente para su posterior ensamblaje. El altar originalmente contenía los nombres de los donantes que permitieron su elaborada construcción durante la Gran Depresión. Estos nombres serán añadidos durante la reelaboración del altar.
La adición de estos elementos a la nueva construcción tiene un gran significado para la religiosas. «»Ellos reflejan la belleza y magnificencia perennes de nuestra fe católica, todos ellos apuntan a la Presencia Real y el Cuerpo Místico de Cristo», explicó la comunidad en la presentación del proyecto arquitectónico.
Un ejemplo de recuperación
El informativo también destacó el caso de la parroquia de la Beata Teresa de Calcuta, en la Arquidiócesis de Filadelfia. Esta nueva parroquia se formó al integrar dos parroquias más pequeñas en 2006 y se propuso comunicar con su arquitectura un mensaje de identidad. «Era nuestra intención crear algo que dijera: ‘Esta es una iglesia católica'», refirió su párroco Paul Brandt.
Interior de la Parroquia de la Beata Teresa de Calcuta y su párroco, P. Paul Brandt. Foto: Philly.com |
Para su construcción se buscaron piezas de arte sacro en las iglesias cerradas en la Arquidiócesis. «Adquirí un altar de mármol de Carrara fabricado en 1910, una pieza magnífica que ciertamente valía la pena que se construyera lo demás en torno a ella». Junto con el altar se trasladaron todas las piezas de rica carpintería del templo de San Bonifacio, del norte de Filadelfia y cerrado en 2006. El púlpito y otro altar fueron hallados en la iglesia del Inmaculado Corazón de María en Middleport y el Vía Crucis se recuperó de la Capilla del Hospital de la Misericordia en Scranton. Las estatuas de los Santos y las fuentes para el agu bendita se tomaron de las parroquias fusionadas, San Pedro y Santa Clara.
La recuperación del patrimonio para el culto divino fue un motivo de alegría también para los feligreses de las antiguas parroquias de donde se tomaron los elementos. «Tuvimos una Eucaristía para los antiguos feligreses de San Bonifacio», comentó el P. Brandt. Ellos expresaron «un sentimiento de vida y esperanza porque elementos importantes de su iglesia haya sido recreados en otro lugar».
Arquitectura para renovar el espíritu
Parroquia de Santa María en Pendleton, Oregon. |
La parroquia de Santa María en Pendleton, Oregon, vivió esa misma alegría gracias a la llegada del altar de la iglesia de San Ladislao, junto con otros elementos de arquitectura sacra. Aunque la parroquia data del siglo XIX, una remodelación interna la había despojado de casi la totalidad de su arte sacro. «Había perdido su habilidad de elevar las mentes a un nivel más alto», comentó el P. Bailey Clemens, quien recordó el origen de la iniciativa de renovación arquitectónica. «Se tenía que hacer algo».
El altar mayor junto con un bello ambón, proveniente de un templo cerrado en Cleveland, se unieron a un nuevo mural sobre la Crucifixión del Señor. El conjunto parece haber estado siempre en el templo y aporta una nueva belleza al recinto sagrado. «Quería restaurar nuestras tradiciones y lo antiguo no es malo», expresó el P. Clemens. «Podemos aferrarnos a muchas cosas bellas del pasado».
La llegada de estos elementos arquitectónicos trajo alegría también a los feligreses del templo cerrado, quienes habían recibido los sacramentos frente a ese altar y ahora visitan con gusto su nuevo hogar.
Con información de National Catholic Register.
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