Valencia (Viernes, 14-06-2013, Gaudium Press) La Junta de Gobierno Local de Valencia, España, aprobó una moción para que el Ayuntamiento de la ciudad solicite formalmente que el Santo Cáliz, conservado con gran veneración en la Catedral de Valencia, sea declarado Patrimonio de la Humanidad. Según la tradición local, que ha sido ampliamente estudiada, este sagrado objeto sería el utilizado por Jesús en la institución del sacramento de la Eucaristía en la Última Cena.
Su Santidad Benedicto XVI celebró una Eucaristía con el Santo Cáliz durante su visita a Valencia en 2006. |
Según informó el semanario diocesano Paraula, la alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá, sostuvo que la petición desea «darle la importancia y la enorme trascendencia histórica que tiene una reliquia que se ha buscado durante siglos por la humanidad y que está en Valencia». La gestión de la solicitud, que debe ser puesta en marcha por las autoridades civiles, fue una de las peticiones de los participantes del Congreso Internacional sobre el Santo Grial realizado en Valencia en 2008.
De acuerdo a lo presentado en la rueda de prensa que anunció la noticia, la solicitud sería respaldada por Arzobispado de Valencia, Cabildo Catedralicio, Archicofradía, Hermandad del Santo Cáliz, Gobierno de España, Generalitat Valenciana y Diputación Provincial. Además, el Ayuntamiento dispuso que se realice un completo estudio que respalde la solicitud, tarea que fue encargada al Real Colegio Seminario del Corpus Christi.
La historia del Santo Cáliz
La Catedral de Valencia conserva el Santo Cáliz como un tesoro invaluable, entregado a su cuidado en 1437 por el Rey Alfonso V de Aragón, cuya familia real lo tenía desde 1339. El Santo Cáliz fue llevado de Jerusalén a Roma por San Pedro y conservado en esta ciudad por los primeros Papas hasta San Sixto II, cuando el vaso sagrado fue enviado a Huesca, España, por el diácono San Lorenzo para protegerlo de la persecución del emperador Valeriano en el siglo III.
La invaluable reliquia fue ocultada nuevamente durante la invasión musulmana «en la región del Pirineo, pasando por Yebra, Siresa, Santa María de Sasabe (hoy San Adrián), Basilio y, finalmente, en el monasterio de San Juan de la Peña (Huesca)», según refiere la exposición histórica de la Catedral. De allí fue entregada al Rey Martín el Humano, de Aragón, momento desde el cual se puede seguir su historia detalladamente hasta la actualidad.
El Santo Cáliz conservado en la Catedral de Valencia. |
La forma del Santo Cáliz, ricamente adornado en su parte inferior, tiene una forma única que destaca el vaso en la parte superior y que permite portarla sin tocarlo. «Las asas y el pie de oro finamente grabado, que encierra una copa o «naveta» de alabastro, de arte islámico, diferente a la copa; todo ello, lo mismo que las joyas que adornan la base son de época medieval», explica la reseña de la Catedral.
La verdadera reliquia está en la parte superior del cáliz: «Una taza de ágata finamente pulida, que muestra vetas de colores cálidos cuando refracta la luz; es una preciosa «copa alejandrina» que los arqueólogos consideran de origen oriental y de los años 100 al 50 antes de Cristo», según los resultados del estudio del profesor Antonio Beltrán publicado bajo el título de «El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia».
Las características de la reliquia concuerdan con las costumbres culturales de la Jerusalén de los tiempos de Cristo, cuando las familias conservaban una «copa de bendición» de mejor calidad para su uso especial en la Pascua. El Santo Cáliz, de un material frágil, pudo sobrevivir los primeros mil años de su existencia en medio de viajes y persecuciones, por el extraordinario cuidado en su conservación, producto de la reverencia y veneración como objeto sagrado.
«El Cáliz, con su autenticidad arqueológica y su tradición exenta de elementos maravillosos, nos remite a la época de Jesús y nos recuerda la institución de la Eucaristía como momentos históricos que trascienden el tiempo y llegan hasta nosotros como misterio de salvación», expone la reseña de la Catedral.
La Arquidiócesis de Valencia conserva la sagrada reliquia en la Sala Capitular de la Catedral, de donde sólo se traslada al altar mayor en la Eucaristía de la Cena del Señor, en Jueves Santo, y en la fiesta solemne que se celebra el último jueves del mes de octubre.
Con información de Paraula y Catedral de Valencia.
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