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Bangui (Jueves, 25-07-2013, Gaudium Press) El Arzobispo de Bangui, Mons. Dieudonné Nzapalainga, reiteró en su homilía del domingo 21 de julio sus graves denuncias sobre la situación de extrema violencia que padece la República Centroafricana. «No puedo quedarme callado mientras la gente está siendo asesinada», manifestó el prelado, quien alertó sobre la progresiva destrucción del país en un día especialmente dedicado a la oración por la paz en el país africano.
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| Mons. Dieudonné Nzapalainga, Arzobispo de Bangui. |
En su primer aniversario de su ordenación episcopal, Mons. Nzapalainga reafirmó su compromiso de caridad cristiana con la población, desprovisto de intereses políticos. «Soy un pastor, no un contendor político. Me atrevo a esperar que una u otra persona escuche en mi voz el sufrimiento del pueblo centroafricano», declaró, según informaciones de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN).
La grave situación de República Centroafricana
El Arzobispo denunció los numerosos hechos de violencia que se producen en el país y que incluyen asesinatos, abusos a las mujeres, saqueos y robos. «No puedo callar mientras los hijos de este país son víctimas de la peor clase de barbarie (…) No puedo permanecer silencioso mientras la impunidad reina y se levanta una dictadura de las armas», insistió el prelado.
El país padece una grave situación de orden público por la inestabilidad causada por el golpe de estado de los rebeldes Seleka, quienes obligaron al presidente François Bozizé a exiliarse. De forma continua, rebeldes o criminales comunes que se identifican como tales atacan a la población civil para robar sus bienes y saquear sus propiedades.
Según explicó el Obispo de Bangassou, Mons. Juan José Aguirre, a AIN en abril, los rebeldes, que agrupan diversos grupos armados, sólo buscan aprovecharse del poder de las armas. «Los Seleka vienen principalmente de Chad o Sudán o son jóvenes reclutados a última hora para reforzar las tropas», comentó. «Ninguno de los grupos está interesado en el país, sólo les interesa el botín.
La jornada de oración del pasado 21 de julio, a la cual se unieron fieles en varios países, recibió el nombre de «Acción de Misericordia» y fue promovida por la Orden Carmelita en Italia y la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Con información de Ayuda a la Iglesia Necesitada
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