¿Cómo obtener la Indulgencia Plenaria?: segunda jornada del Perdón de Asís

Asís (Viernes, 02-08-2013, Gaudium Press) Desde ayer, hasta hoy, tiene lugar en la Porciúncula -pequeña capilla situada al interior de la Basílica de Santa María de los Ángeles en Asís-, una de las jornadas más significativas para el movimiento franciscano: la Jornada del Perdón de Asís, hermosa tradición que se mantiene hasta nuestros días gracias a San Francisco, el santo de esta pequeña ciudad italiana.

La Fiesta del Perdón tiene sus orígenes en el año 1216, cuando San Francisco de Asís se encontraba en oración en el pequeño templo de la Porciúncula. Mientras rezaba, Francisco vio cómo se iluminaba el lugar y aparecía Jesús junto con su madre, María Santísima.

De acuerdo con la tradición, en la ocasión Nuestro Señor le preguntó al Santo de Asís, qué gracia especial deseaba para las almas, y él le pidió una generosa indulgencia para quienes visitasen la Porciúncula.

Tras estos hechos, Francisco solicitó al Papa Honorio III esta indulgencia, quien la concedió para el bien de las almas de los fieles. El 2 de agosto de 1216 los Obispos de Umbría consagraron la Porciúncula y San Francisco de Asís anunció a todo el pueblo la gracia del cielo que podrían obtener. En la ocasión el santo dijo: «¡Hermanos míos, quiero mandaros a todos al Paraíso!».

Como parte de esta jornada de perdón, esta mañana tuvo lugar en la capilla franciscana una celebración Eucarística que presidió el Cardenal Carlo Caffarra, Arzobispo de Bolonia; y en la tarde llegara hasta Asís la 33ª Marcha Franciscana con peregrinos de diversas partes de Italia y de otros países.

El Santo Padre también será peregrino de la Porciúncula el próximo 4 de octubre, para la festividad de San Francisco de Asís.

La Porciúncula.

Condiciones para obtener la indulgencia

Estas son las condiciones para obtener la gracia de la Indulgencia Plenaria, la cual se puede ganar durante todo el año en la Iglesia de la Porciúncula de Asís, y también durante la Fiesta del Perdón en los templos franciscanos de todo el mundo.

1. Estar en gracia de Dios y haberse confesado al menos ocho días antes de la fiesta o hacerlo en los ocho días siguientes.
2. Participar de la Eucaristía en los templos franciscanos y comulgar en dicha Eucaristía.
3. Renovar la profesión de fe mediante la oración del Credo; orar el Padrenuestro para afirmar la dignidad propia como hijos de Dios y orar por las intenciones del Santo Padre.

Con información de Radio Vaticano.