Multán (Jueves, 02-01-2014, Gaudium Press) El drama de Asia Bibi, una católica pakistaní de origen campesino que fue acusada de blasfemia y condenada a muerte, no conoce aún su final. El suyo es uno de los casos más representativos de la discriminación a los cristianos en su país y la presión internacional ha evitado el cumplimiento de su condena, pero no ha podido obtener su libertad después de más de cuatro años(ver noticia anterior). Desde su prisión, escribió al Papa Francisco un mensaje con motivo de la Navidad.
Asia Bibi, injustamente condenada a muerte bajo acusaciones de blasfemia. |
«A Su Santidad el Papa Francisco, en el nombre de Nuestro Señor omnipotente y glorioso, yo, Asia Bibi, querría expresar toda mi profunda gratitud a Dios y a usted, Santo Padre», comenzó la mujer. «Espero también que cada cristiano haya podido celebrar con alegría la Navidad apenas pasada». Esta creyente celebró la Solemnidad de un modo distinto al de millones de católicos: «Como muchos otros prisioneros, también yo he festejado el nacimiento del Señor en la cárcel de Multán, aquí en Pakistán».
El valor de la oración
«Me hubiera gustado estar en San Pedro (en el Vaticano) para pasar la Navidad y rezar junto a usted, pero tengo confianza en el proyecto que Dios tiene para mí y ojalá pudiera realizarse el año próximo», afirmó la creyente. También agradeció los esfuerzos de la organización Renaissance Education Foundation, que permitió que su esposo e hijos pudieran viajar a Multán para vivir la Navidad justo a su esposa y madre.
Bibi agradeció el compromiso de todas las personas e instituciones que oran y buscan su libertad. «No sé cuanto podré aún ir adelante. Si estoy aún viva es gracias a las fuerzas que sus oraciones me dan», expresó. «He encontrado a muchas personas que hablan y combaten por mi. Lamentablemente aún no ha servido. En este momento quiero solamente confiarme a la misericordia de Dios que todo lo puede. Solamente Él puede liberarme».
La grave situación de Asia Bibi
También refirió algunos detalles de las penalidades que afronta en su reclusión, agravadas por la llegada del invierno. «Mi celda no tiene calefacción y no tiene una puerta adaptada para protegerme del frío penetrante», denunció. «También las medidas de seguridad no son adecuadas, no tengo bastante para las necesidades cotidianas y estoy muy lejos de Lahor, por lo tanto mis familiares no logran ayudarme».
Sobre la seguridad de Asia Bibi, una de las mayores preocupaciones es el de la violencia originada en difamaciones por su carácter simbólico en la lucha por la tolerancia a los cristianos. Incluso si fuera liberada de prisión, corre el peligro de ser víctima de un ataque, al igual que su familia. Por este motivo su esposo e hijos han debido esconderse y comparten la cruz de la persecución que ha caracterizado a Bibi (ver noticia anterior). Las figuras públicas más notorias que han intervenido en su defensa, el gobernador musulmán Salman Taseer y el ministro católico Shahbaz Bhatti, fueron asesinadas en 2011.
A pesar de esta situación, Bibi conserva la esperanza: «Quiera en fin, Santo Padre, aceptar mis mejores deseos para el año nuevo. Sé que usted reza por mí con todo el corazón. Y esto me da confianza que un día mi libertad será posible», concluyó. «Segura de que me recordará en sus oraciones, lo saludo con afecto. Asia Bibi, su hija en la fe».
Con información de Zenit.
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