Ciudad del Vaticano (Lunes, 10-02-2014, Gaudium Press) El viernes pasado, Radio Vaticano publicaba un sesudo artículo del portavoz vaticano P. Federico Lombardi, profundizando en algunos aspectos de la polémica suscitada por la publicación -el 5 de febrero- de las Observaciones Conclusivas del Comité de las Naciones Unidas para los Derechos de los Niños, observaciones que fueron calificadas en su momento por la Santa Sede como «un intento de interferir en la enseñanza de la Iglesia Católica sobre la dignidad de la persona humana y en el ejercicio de la libertad religiosa», pues pedían cambios en la doctrina de la Iglesia sobre la familia y el derecho a la vida desde la concepción. (Ver noticia de Gaudium Press)
En el artículo del viernes el Padre Lombardi hace una didáctica explicación de lo que son las Convenciones emanadas de la ONU, y los Comités que se establecen para la aplicación de dichas Convenciones.
«Las convenciones internacionales promovidas por las Naciones Unidas son una de las formas en que la comunidad internacional busca promover la dinámica de la búsqueda de la paz y la promoción de los derechos de la persona humana en campos específicos», explica el sacerdote jesuita. A estas convenciones los Estados son libres de adherirse o no. «La Santa Sede / Estado de la Ciudad del Vaticano, se ha adherido a los que él considera más importantes a la luz de su actividad y de su misión. (…). Entre ellos, en el momento oportuno, la Santa Sede se adhirió -siendo uno de los primeros en el mundo- a aquella por los derechos de los niños, a la luz de la gran labor realizada en este campo, siempre y en muchas formas diferentes (educativas, de caridad, etc.), por la comunidad católica en el mundo, y a la luz del Magisterio de la Iglesia en este campo, inspirado en el comportamiento del mismo Jesús según se describe en los Evangelios», afirma el Padre Lombardi.
Para verificar la aplicación de dicha Convención, existe un Comité con sede en Ginebra, que tiene dos sesiones por año, la cual «recibe los informes de los diferentes Estados adherentes, los estudia y los discute con las delegaciones enviadas por ellos y formula recomendaciones para una mejor aplicación de las disposiciones de la Convención».
«Las recomendaciones formuladas por el Comité a menudo son bastante escasas y de peso relativo. No por casualidad, es que casi nunca tienen eco en la prensa internacional, incluso en el caso de los países donde los problemas de los derechos humanos y de la niñez son notoriamente graves».
«En el caso de los Reportes presentados al Comité por la Santa Sede en los últimos meses sobre la aplicación de la Convención y de los Protocolos adicionales, a las preguntas sucesivas formuladas por escrito por el Comité se había dado amplias respuestas escritas, las que fueron seguidas por un día de audiencia de la Delegación de la Santa Sede en Ginebra el 16 de enero. Ahora hubo, el 5 de febrero, la publicación de las observaciones y recomendaciones conclusivas del Comité. Lo que ha despertado amplio eco y reacciones».
Según el Padre Lombardi, la persona que ha seguido todo este proceso, «no puede no observar que las últimas recomendaciones publicadas por el Comité parecen presentar limites graves». «No han tenido en adecuada cuenta las respuestas, sea escritas, sea orales, de los representantes de la Santa Sede».
«La forma de presentar las objeciones y la insistencia en diversos casos particulares parecen sugerir que se ha dado mucha más atención a ONG conocida, prejuiciosamente contraria a la Iglesia Católica y la Santa Sede, que no a la posición de la Santa Sede en sí, signataria de la Convención, que también estaba disponible a un diálogo profundo con el Comité. Es de hecho característico de estas organizaciones no querer reconocer lo que se ha hecho por parte de la Santa Sede y de la Iglesia en estos últimos años, en el reconocer los errores, en la renovación de la normatividad, en el desarrollo de medidas educativas y preventivas. Pocas o ninguna otra organización o institución ha hecho lo mismo. Mas no es absolutamente aquello que se entiende leyendo el documento en cuestión».
«Por último, y esto es quizás la observación más seria, las observaciones del Comité en varias direcciones parecen ir más allá de sus competencias e interferir en las mismas posiciones morales y doctrinales de la Iglesia Católica, dando indicaciones que implican valoraciones morales de la anticoncepción y el mismo aborto, o la educación en las familias o la visión de la sexualidad humana, a la luz de su propia visión ideológica de la sexualidad misma. Por esto en el Comunicado oficial [de la Santa Sede] difundido el miércoles por la mañana se habló de «un intento de interferir en la enseñanza de la Iglesia Católica sobre la dignidad de la persona humana y en el ejercicio de la libertad religiosa», expresa el portavoz vaticano
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