martes, 08 de octubre de 2024
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Obispo británico exhorta a revertir la "religión inversa" de la secularización.

Portsmouth (Miércoles, 12-03-2014, Gaudium Press) En una conferencia impartida en el Kings College de Londres el pasado 06 de marzo, el Obispo de Portsmouth, Reino Unido, Mons. Philip Egan,abordó el tema de la secularización creciente del país y la pertinencia de la voz de los creyentes en la vida pública. El prelado advirtió sobre las consecuencias de la progresiva exclusión de la visión cristiana en la sociedad, con su consecuente afectación de la familia y la justicia, que deja de proteger al débil, especialmente al no nacido, al anciano y al moribundo. «El secularismo está produciendo una sociedad sin fundamentos», alertó el Obispo, «que se desarrolla al azar improvisando a través de grupos de presión , precedentes legales y eficacia política». Al diagnóstico de la realidad actual, el prelado sumó una enérgica propuesta para revertir la tendencia y devolver la cultura a sus bases cristianas.

El secularismo como «religión»

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Mons. Philip Egan, el día de su ordenación episcopal, 24 de septiebre de 2012. Foto: Mazur/catholicnews.org.uk

Mons. Egan citó casos preocupantes de discriminación a los creyentes, como el de una enfermera expulsada de su trabajo por decirle a una mujer que oraría por ella, o una joven estudiante católica a quien se prohibió vestir un crucifijo en la escuela. Hizo a este respecto una distinción entre la separación entre Iglesia y Estado y la «línea dura» del secularismo, que «busca sistemáticamente excluir cualquier expresión religiosa de la plaza pública». Ante esta realidad, el prelado indicó que la paradoja es que dicho secularismo toma la forma de una «religión inversa», que resulta ser «una versión deconstruida de la moral cristiana».

«Su creencia central es la duda, su código moral es una forma de vida como si Dios no existiera, su teología es sobre cómo ser humano», describió el Obispo. «Incluso tiene sus propios términos teológicos como la igualdad, diversidad, libertad, respeto, tolerancia», citó el prelado, entre otros. «Todos estos valores se derivan de valores cristianos fundamentales. Entonces, la preocupación secular por la tolerancia viene del «amor al prójimo» bíblico pero, desconectada de la práctica y creencia cristianas se ha convertido en un valor blando, independiente, expandido con nuevo significado, permitiendo ahora lo que antes era ilícito».

Desafortunadamente, la práctica religiosa es menos frecuente en la actualidad, y Mons. Egan aportó datos de estudios sobre el tema que advierten que incluso la población que se considera cristiana podría ser una minoría en 2018. Uno de las características de este proceso es que hay cada vez más personas que no practican pero conservan ciertas creencias, que se expresan públicamente en ocasiones públicas como los matrimonios de la realeza, los bautismos y los funerales. «Ellos creen, pero no pertenecen», diagnosticó el Obispo. Otro aspecto que todavía se expresa es la ética cristiana que da fundamento a la sociedad y que aún tiene protagonismo en las controversias actuales.

La verdad y el relativismo

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El cristianismo aporta las verdaderas bases fundamentales de la sociedad que el secularismo no puede proveer. En la imagen, la Cámara de los Comunes de Reino Unido. Foto: UK Parliament

Otra de las características fundamentales del secularismo es el relativismo, sobre el cual el entonces Cardenal Ratzinger alertó en 2005: «Estamos construyendo una dictadura del relativismo que no reconoce nada como definitivo, y cuyo único objetivo consiste en el ego y los deseos propios», citó el Obispo. «Nosotros, en cambio, tenemos un objetivo diferente: el Hijo de Dios, el hombre verdadero. Él es la medida del verdadero humanismo».

«El relativismo es la filosofía que ve la verdad como relativa», explicó Mons. Egan. «Como la verdad no tiene fundamento o referente, entonces lo que es verdadero para alguien puede no ser verdadero para otro». Esta creencia conduce a una ausencia de definición del bien y las virtudes, que pasan a ser apenas una preferencia personal. La dictadura del relativismo ocurre entonces cuando el Estado se separa del bien y la verdad para favorecer la perspectiva de un grupo o para imponer una «permisiva neutralidad» ante dos reclamos contradictorios y mutuamente exclusivos. «De esta forma lo que es bueno se convierte en lo que es legal», advirtió el Obispo.

El relativismo afecta, por ejemplo la definición de la familia, que ya no estaría basada en una verdad objetiva y que acabaría admitiendo cualquier posibilidad. También afecta la definición misma de la religión y sus derechos, equiparando practicas como el vegetarianismo o incluso la opción de usar barba con los derechos de los creyentes de las religiones tradicionales. Sin un asidero en la verdad objetiva y la ley natural, la ley «expresa la voluntad del legislador, la voluntad del más fuerte y el más ruidoso, la voluntad de una unidad política o la voluntad de la mayoría, y este relativismo es impuesto por el Estado», denunció el prelado.

La «misión antropológica» de la Iglesia

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La Iglesia, debido a su origen divino, tiene una «misión antropológica», que es «crucial y terapéutica» para la sociedad. Foto: Mazur/catholicnews.org.uk.

Mons. Egan recordó la defensa del aporte del cristianismo en la dimensión pública hecha por Benedicto XVI en su visita papal a Inglaterra en septiembre de 2010 y advirtió que el camino que espera a la Iglesia es inédito y corresponde al llamado de la Nueva Evangelización dentro y fuera de la Iglesia. «necesariamente habrá un elemento de ensayo y error», expresó el Obispo. «La Iglesia debe involucrarse en una conversación crítica y salvífica con la cultura contemporánea. El secularismo es una base muy endeble para la cultura británica. No puede garantizar el florecimiento humano ni sostener a largo plazo los avances que el pueblo británico ha obtenido».

«El secularismo está produciendo una sociedad sin fundamentos», alertó el prelado, quien señaló como graves males el «acorralamiento de la religión a la esfera privada, su disolución del sustento de la ética y la base de la ley, su amnesia del pasado y el eclipse intencional de sus orígenes cristianos». También señaló como fruto de esta tendencia las ideologías que victimizan al más débil, la reducción del conocimiento a lo verificable empíricamente, la inhabilidad de generar y sostener familias estables, entre otros males.

Ante esta realidad la Iglesia tiene una «misión antropológica» , calificada como «crucial y terapéutica»: comunicar el mensaje salvador de Jesucristo como «el modo de vida natural y el auténtico camino hacia la felicidad». La Iglesia debe demostrar cómo la fe y no el secularismo ofrece un verdadero sentido y verdaderos valores. Mons. Egan renovó el llamado a la nueva evangelización, enfocada en demostrar que » la religión y la espiritualidad nunca se marcharán», en ayudar a las personas a encontrarse con Dios e invitarlas a la conversión y desarrollar «una apologética efectiva», capaz de derribar prejuicios y mitos para recuperar la complementariedad de la fe y la ciencia, la interacción de fe y razón y el papel redentor de la religión en la vida humana.

El Obispo llamó a la recuperación del patrimonio cristiano del país, evidenciado en la historia y la cultura, la liturgia, la teología y la ética. «Esto incluye tomar los términos religiosos del secularismo y devolverlos a los valores fundamentales de la Biblia y la Tradición Cristiana, para descubrir su verdadero sentido y denunciar sus deformaciones. El prelado invitó a un conocimiento más profundo de la Biblia, de la historia de la Iglesia y de la vida de los Santos «que ayudaron a establecer el carácter cristiano de estas islas.

«Para concluir», comentó Mons. Egan, «el cristianismo tiene que tener una voz en la plaza pública, porque Gran Bretaña ha sido moldeada a través de varios siglos por la fe cristiana», exhortó. «Sólo el Evangelio puede ofrecer un humanismo auténtico capaz de transformar la vida humana». El mensaje cristiano no tiene defectos, pero la cultura cada vez lo escucha menos. Por este motivo, el Obispo pidió que «manteniendo la gran Tradición católica», se comunique imaginativamente la Persona de Jesús. «Necesitamos orar por una gran creatividad. Que el Señor generosamente escuche y responda esta oración».

Con información de Diócesis de Portsmouth.

 

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