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Después de tres años, en que la procesión del Nazareno Negro tuvo que hacerse con restricciones, por el Covid, este año volvió la normalidad.
Foto: Vatican Media
Redacción (10/01/2023, Gaudium Press) Después de tres años, en que la procesión del Nazareno Negro de Filipinas tuvo que hacerse con restricciones, por el Covid, este año volvió la normalidad con una asistencia de 6 millones de fieles, ayer martes.
La procesión del Nazareno Negro se realiza en Manila, en torno a la iglesia de Quiapo, que es donde se conserva la imagen. Dura 15 horas.
Se trata de una imagen de Jesús de madera, que fue llevada a Filipinas en 1606 por los agustinos recoletos. Hablamos por tanto de una imagen de más de 400 años.
Para protegerla, la iglesia de Quiapo encargó una réplica, con la cual se compusieron dos imágenes: la cabeza y manos de la original se juntaron al nuevo cuerpo; y el torso antiguo se unió a la cabeza y manos antiguas. Ambas imágenes se usan para las procesiones.
Esa devoción, la que más atrae gente en Filipinas, cuenta desde antiguo con bendiciones papales.
En 1650 Inocencio X aprobó la devoción y autorizó la conformación de la Cofradía de Nuestro Santo Jesús Nazareno. En 1880 Pío VII autorizó su culto y concedió indulgencia plenaria a los que recen píamente ante el Cristo.
A pesar de reunir millones de personas, la procesión oficialmente sigue siendo evento parroquial, por lo que los obispos de Filipinas recientemente solicitaron al Vaticano que declare el 9 de enero como fiesta nacional del Nazareno Negro, y que se eleve la iglesia de Quiapo a la categoría de Santuario Nacional.
Con información de Aciprensa.
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