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La Paz (Miércoles, 22-07-2009, Gaudium Press) Con una convocatoria a mirar el futuro con confianza y más allá de los anclajes de la amargura y el resentimiento, la Conferencia Episcopal Boliviana reaccionó a las aseveraciones del presidente boliviano Evo Morales contra la Iglesia católica y convocó a «asumir responsablemente la historia, con sus luces y sombras y siendo capaces de aprender de nuestros propios errores, de fortalecernos en nuestras virtudes y aciertos».
«El valor y la dignidad de la oración puede ser reivindicada con la propia existencia de todo hombre o mujer de fe y de cualquier confesión religiosa», subraya un Comunicado de la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Boliviana, ante declaraciones del presidente Morales quien sostuvo el viernes que la oración es «otro instrumento de dominación» de la Iglesia Católica.
Tras estas afirmaciones del mandatario, que incluso refiere una supuesta división, los obispos bolivianos reafirmaron la unidad de la Iglesia Católica «ante los reiterados intentos de encontrar divisiones entre una supuesta Iglesia de base y la jerarquía eclesiástica porque constituye un único Pueblo de Dios compuesto por obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, en el que actúa en corresponsabilidad y ordenada comunión jerárquica al servicio de la construcción del Reino de Dios.»
El comunicado «Fe y Vida» -firmado por Mons. Jesús Juárez Párraga como Secretario General de la Conferencia Episcopal Boliviana- enfatiza que la Iglesia Católica en Bolivia «ha recibido críticas y acusaciones tanto en tiempos de dictadura como en democracia, por no ser bien entendida y por tratar de ser fiel al mandato de amor que ha recibido de Jesucristo lo que, con frecuencia, la convierte en signo de contradicción en el mundo de hoy, al igual que su Maestro. «Felices ustedes, cuando por causa mía los insulten, los persigan y les levanten toda clase de calumnias«. (Mateo 5, 11)».
El presidente Morales acusó a la Iglesia católica de instrumento ideológico de dominación que «trae injusticia y desigualdad«, durante la inauguración del Congreso Mundial de Mediación, celebrada en un céntrico hotel de la sede de gobierno y, unos días antes, durante los actos de celebración del Bicentenario de la ciudad de La Paz. En esa ocasión, Morales dijo que «algunos jerarcas de la Iglesia Católica en Latinoamérica usaron la oración como una anestesia que hace dormir al pueblo«, y que «cuando no pueden dominarnos con la ley, viene la oración y cuando no pueden humillarnos ni dominarnos con la oración, viene el fusil«.
Los obispos bolivianos subrayan que la oración, lejos de adormecer al pueblo «facilita un proceso de liberación interior» y «aporta a soluciones constructivas y duraderas para la convivencia social por el camino de la no violencia» al tiempo de recordar a los mártires católicos en América Latina y el mundo, como las «semillas para la construcción de la justicia y la paz«.
Sin embargo, el portavoz del cardenal Julio Terrazas, Marcial Chopinagua, dijo que no cree que el Jefe de Estado haya querido agredir a la Iglesia y que «no puede estar ni a la defensiva ni a la ofensiva«. En septiembre del año pasado, Morales acusó al cardenal Julio Terrazas de defender «los intereses del imperio y no del pueblo». Mons. Terrazas y los obispos bolivianos visitaron en Roma, el lunes pasado, al Papa Benedicto XVI, quien les habría expresado conocer bien «las difíciles circunstancias que afectan a fieles y ciudadanos» de Bolivia.
Morales dijo también que mientras haya desigualdad e injusticia, siempre habrá conflicto al recordar que a principios de esta semana, en la localidad orureña de Curahuara de Carangas, observó que mientras la construcción de casas en un barrio estaban a medias, «la Iglesia (ya estaba) construida, terminada, con su torrecita». Agregó que «los pueblos indígenas soportamos las distintas dominaciones, primero, mediante la oración, la cruz, mediante la Iglesia Católica«.
El documento de la Conferencia Episcopal sostiene que «la oración nos comunica con Dios poniendo delante de Él nuestra vida y la de nuestros hermanos, nuestros anhelos y búsquedas de una sociedad más justa y digna, encontrando en ella la fuerza para comprometernos en los cambios necesarios para que esto se haga realidad. Esta visión de fe y de sentido común, arraigada en nuestro pueblo, está lejos de ideologías superadas que ven en la religión una amenaza a sus propios proyectos de poder«.
Subraya que la Iglesia Católica enseña que la oración facilita un proceso de liberación interior, al tiempo que aporta a soluciones constructivas y duraderas para la convivencia social por el camino de la no violencia. A lo largo de la historia, el testimonio de vida y la sangre derramada por muchos mártires católicos en América Latina y en todo el mundo, han sido semilla para la construcción de la justicia y la paz.
El documento concluye con una invocación a orar por Honduras. «En esta perspectiva de comunión universal y como respuesta al llamado que hace el Santo Padre Benedicto XVI, la Iglesia Católica en Bolivia, compartiendo el sentir de la Conferencia Episcopal de Honduras, pide a los fieles elevar sus oraciones al Señor para que ese pueblo hermano, que atraviesa momentos difíciles, sepa encontrar caminos de diálogo, reconciliación, paz y unidad«.
Por Elizabeth Paravicini
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