Medellín (Martes, 26-05-2015, Gaudium Press) Con el objeto de reflexionar sobre los mínimos que han de guiar la formación espiritual de quienes se preparan al ministerio sacerdotal, recientemente el Departamento de Ministerios Ordenados de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) realizó en Medellín el Encuentro Nacional de Rectores de Seminarios Mayores y Diocesanos. «La dimensión espiritual en la formación sacerdotal» fue el tema del encuentro.
El Padre Juan Álvaro Zapata, director del Departamento de Ministerios Ordenados, en entrevista con el Departamento de Comunicaciones del Episcopado Colombiano, se refirió sobre las conclusiones del evento. «En este encuentro se tuvo la oportunidad de reflexionar sobre lo que debería ser el mínimo de la formación espiritual de quienes se están preparando hacia el ministerio sacerdotal», comentó.
El encuentro ocurrió en Medellín con el tema «La dimensión espiritual en la formación sacerdotal». / Foto: CEC. |
Entre los aspectos abordados, según explicó el sacerdote, se definieron tres ejes de estructuración para elaborar el acompañamiento y favorecer la experiencia del encuentro con Jesús, así como la configuración de Jesucristo Buen Pastor de cada uno de los jóvenes que se preparan para el ministerio sacerdotal. Dichos ejes son «la caridad, la esperanza y la fe, según el modo de Jesús y de María».
Asimismo, durante el encuentro se plantearon varios pilares que permitirán estructurar los procesos de acompañamiento y formación presentes en los seminarios; entre ellos -como mencionó el Padre Zapata- «favorecer un encuentro con Cristo», es decir, «que realmente haya una experiencia de vida con el Señor a través del anuncio del kerigma, a través del reconocimiento mismo de la persona y de su condición humana, de sus valores, de sus debilidades, del dejarse ayudar, del dejarse acompañar», así como la apertura que el futuro sacerdote debe tener a la propuesta de Jesucristo y del encuentro con el otro, y «favorecer los espacios propicios de oración personal, de oración comunitaria, en la liturgia, en la vivencia con la comunidad».
Otros de los pilares son la conversión, por medio del cual se busca «un camino procesual de los jóvenes, del reconocimiento de lo que deben cambiar, de lo que deben mejorar, para sanarse interiormente y favorecer esta configuración con Cristo»; y el del discipulado buscando «favorecer un camino de fe, donde haya una identificación con el Señor, y donde se acreciente ese entregar toda la vida al servicio de Cristo, al servicio del Evangelio a favor de la Iglesia».
Adicionalmente, debe buscarse la comunión, «que exista una experiencia de vida con Cristo, donde se viva la fe, y se favorezca la experiencia de la sacramentalidad», y trabajar la misión viviendo «una experiencia de salida como la figura del Éxodo, que se sale en búsqueda del cumplimiento de la voluntad del Señor, pero también a buscar a los hermanos y llevarles el Evangelio».
De acuerdo con el Padre Zapata estos pilares se harán manifiestos en todas las dimensiones de la formación en los seminarios: «En la dimensión humana esta experiencia cómo transforma a la persona como tal; en la dimensión académica cómo se proyecta (…); en la dimensión pastoral, en la tarea de salir, de llevar el Evangelio, en la tarea de ser testigos; y, por su puesto, en la dimensión espiritual en la calidad en el encuentro con Cristo, en las experiencias fundantes con Jesucristo, que realmente impregnen a las personas».
Con información de la Conferencia Episcopal de Colombia.
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