Nuevo Hamburgo (Miércoles, 03-06-2015, Gaudium Press) En su artículo semanal, Mons. Zeno Hastenteufel, Obispo de la Diócesis de Nuevo Hamburgo, Brasil, afirma que nosotros conocemos a nuestro Dios porque Él se reveló a nosotros: se manifestó diversas veces a Abraham, Moisés y a los profetas, a lo largo del Antiguo Testamento, presentándose siempre como el Dios creador y prometiendo que nos enviaría a su Hijo.
Según el Prelado, hace pocas semanas nosotros celebrábamos la Pascua del Señor, hablando siempre en torno a Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre, que fue muerto en una cruz y que resucitó al tercer día, dejándonos innúmeros testigos.
Para él, en los últimos días de su presencia entre los hombres, Jesucristo siempre más claramente nos hablaba de su Padre y del Espíritu Santo, que Él nos enviaría de parte del Padre. El Obispo recuerda que en su última aparición, precisamente en el día de la ascensión del Señor, Él envió a sus apóstoles, con las palabras: «Id a todo el mundo y haced discípulos míos en todos los pueblos, bautizándolos en nombre del Padre y el Hijo y el Espíritu Santo y enseñándolos a observar todo lo que yo os ordené» (Mt 28,19-20).
«Quien realmente se dedica un poco al estudio de la Biblia, buscando ver en ella no solamente un libro religioso, sino la Revelación de un Dios que viene al encuentro de la humanidad, percibe claramente que allí aparece la figura de un Dios único. Se trata de un solo Dios que se manifiesta de a poco, que es revelado gradualmente, y que se presenta en tres personas, reales y distintas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo», resalta.
Además, Mons. Zeno enfatiza que el Padre está más envuelto con la creación del mundo, del hombre y de la historia, pues es Él que toma la providencia de organizar un pueblo, que Él lo acompaña de cerca, va haciendo con que este pueblo supere las más diferentes dificultades.
Conforme el Prelado, esta historia asume un nuevo rumbo, cuando el Hijo de Dios viene al mundo, toma carne humana a partir del «sí» de María, que acepta engendrar al Hijo que va nacer a partir de una intervención directa de Dios. Él explica que comienza entonces el Nuevo Testamento, girando todo en torno de la persona, obra y mensaje de Jesucristo, el Hijo de Dios, nuestro Salvador.
«Pero, cuando Él vuelve junto al Padre, deja muy claro que va enviarnos el Espíritu Santo, que estará en este nuevo pueblo de Dios, orientando los caminos de la Iglesia, y haciendo comprender toda la historia de la Revelación de Dios al mundo».
Por último, el Obispo afirma que tenemos un solo Dios, que se reveló uno y trino, porque no tenemos dudas de que se trata de un único Dios verdadero. De acuerdo con él, Dios se reveló de hecho en tres personas, iguales y distintas, que juntas condujeron la historia, cada una haciendo su parte, de modo que hoy podemos decir: el Padre nos creó, el Hijo nos salvó y el Espíritu Santo nos santifica.
«Hoy es Él quien conduce nuestra historia y orienta nuestro camino. Ahora si usted es católico de verdad, entonces no se olvide, este jueves, Solemnidad del Cuerpo de Cristo, Fiesta de la Eucaristía, de participar de la misa y la procesión, en su parroquia o comunidad», concluye. (FB)
Deje su Comentario